Por Brian Monroe y Adams Colby.
Hong Kong es una ciudad-estado de china que tiene uno de los sistemas bancarios más grandes del mundo y cuenta con una inmensa actividad comercial, debido a los beneficios de secretismo, a la facilidad para crear empresas, a la inmensa zona franca y a los beneficios tributarios que lo ubican como el paraíso fiscal más atractivo de Asia.
Esta región administrativa especial, que cuenta con apenas 7 millones de habitantes y 1.100 kilómetros cuadrados de territorio, aprobó en junio de 2011 una nueva ley contra el lavado de activos, que estableció requisitos de mantenimiento de registros y debida diligencia, así como concediendo al regulador financiero de la jurisdicción nuevas facultades para aplicar penalidades. La ley antilavado de dinero (ALD) afecta a bancos, negocios de servicios monetarios (NSM), compañías de seguros y sociedades de valores, entre otros.
Sin embargo, la eficacia de la nueva ley de Hong Kong dependerá en gran medida de la voluntad de los reguladores de esa jurisdicción para hacer cumplir sus nuevas facultades, de acuerdo a ciertos ex investigadores y consultores.
En una región conocida por sus débiles controles, hay pocas razones para pensar que las autoridades de Hong Kong harán cumplir las regulaciones con mayor severidad, que como lo hicieron con la medida ALD aprobada en la década de 1990, considera Simon Young, director del Centro de Derecho Comparado y Público de la Universidad de Hong Kong.
“Hay mucho más por hacer en la parte de vigilancia de cumplimiento cuando hay pocas sanciones y procesos judiciales vinculados a instituciones financieras que no presentan reportes de clientes y [de transacciones] sospechosas”, dijo el experto.
Las leyes ALD y de anticorrupción en Hong Kong antes de la aprobación de la nueva ley eran “más que suficientes”, aseguró Kam Wong, ex inspector de policía de Hong Kong, quien explicó que “el problema no son las propias leyes, sino la cultura VIP y la cultura comercial de Hong Kong. Si usted está en ese escalón más alto de las personalidades, usted no va a ser informado por los bancos, que quieren su cuenta, por lo tanto no va a ser investigado”.
Carta bajo la manga
Hasta la aprobación de la ley, el regulador financiero de la región, la Autoridad Monetaria de Hong Kong, no tenía autoridad para imponer multas a los bancos y otros negocios por no cumplir con la ley ALD de 1989. En cambio, el regulador sólo podía ordenar exámenes administrativos, auditorias sobre transacciones sospechosas pasadas por alto o cierres.
A partir de abril, el regulador podrá imponer multas de hasta un millón de dólares estadounidenses por delito y penas de prisión de hasta siete años. Se espera que los examinadores le concedan a las instituciones financieras un período de gracia de al menos un año antes de comenzar a imponer sanciones.
Jeremy Platts, director ejecutivo de J. Platts Consulting Ltd. de Hong Kong y ex investigador criminal de la Policía Real de Hong Kong, piensa que la nueva ley ofrece a los reguladores una “carta en la manga”.
Pero los problemas de la escasa supervisión ALD de la jurisdicción han sido conocidos por años, incluso por funcionarios de la Autoridad Monetaria de Hong Kong, y las autoridades no hicieron esfuerzos por corregirlos hasta la publicación en junio de 2008 de un informe del Grupo de Acción Financiera (GAFI) en el que cita controles laxos, afirmó un consultor de Hong Kong, que pidió no ser identificado.
Gran preocupación
El tribunal creado en virtud de esta medida que permitirá a las instituciones financieras apelar cualquier sanción también puede atenuar la capacidad de la agencia para castigar a algunos sujetos obligados bancarios, de acuerdo con el consultor ALD con sede en Hong Kong, quien se preguntó: “¿Por qué crear una agencia como esta si no es para impedir que las sanciones suban demasiado y alterar el status quo?”.
La reputación de muchos años del puerto chino como un lugar para la delincuencia financiera se ha extendido incluso hasta el último Informe Estratégico Internacional sobre Estupefacientes del Departamento de Estado de los Estados Unidos, que llama a la región una “gran preocupación”. La facilidad para la creación de empresas, escaso control de puertos, impuestos bajos, ausencia de moneda y controles de cambio y un sofisticado sistema bancario ha convertido a Hong Kong en vulnerable para los lavadores de dinero, según el informe.
Los problemas coexisten con un sistema bancario que es el número 15 más grande del mundo, con más de un billón de dólares en activos, según el informe, que cita el fraude, apuestas ilegales, usura, prostitución, violación de propiedad intelectual, evasión fiscal y corrupción como los orígenes de fondos sucios en la ciudad-estado, que tiene una población menor que la de la ciudad de Nueva York.
Pocos examinadores
Bajo la nueva ley, los bancos y otras instituciones financieras tendrán que establecer matrices para encasillar a sus clientes según el riesgo basados en ciertos factores, como nacionalidad, vínculos políticos, ciudadanía, ubicación del negocio y su relación con las regiones que el GAFI considera que cuentan con escasos regímenes de cumplimiento. Los funcionarios de cumplimiento también deben determinar mejor la identidad de sus clientes corporativos.
Mientras que las condenas por lavado de dinero han mostrado una tendencia a la alza, de 179 en 2007 a 360 en 2010, el total de 190 en 2011 hasta el mes pasado es probable que muestre una disminución, de acuerdo con las estadísticas en el sitio web de la Autoridad Monetaria de Hong Kong. Entre enero y septiembre del año pasado, las instituciones financieras presentaron aproximadamente 14.700 informes de actividad sospechosa, una cifra que puede ser inferior al total de 20.000 informes presentados en 2010.
En 2009, los reguladores realizaron 142 visitas sobre el terreno a cerca de 200 bancos de la región, pero sólo 18 implicaron ALD, según la agencia. En 2010, los inspectores ALD de la agencia completaron 13 exámenes, dijo.
“Con tan pocos especialistas en regulación ALD llevando a cabo revisiones in situ, ¿cómo van a hacer los examinadores para encontrar siquiera los bancos con programas débiles para imponer las multas más grandes que tendrían un efecto disuasorio en el sector?”, cuestionó el consultor.
Preocupaciones persistentes
Desde hace algún tiempo, sin embargo, las instituciones financieras de Estados Unidos consideran a los clientes de la región como de alto riesgo, debido a la “débil vigilancia de cumplimiento, a los vínculos con el crimen organizado, a la corrupción y al alto rango en el área del secreto financiero”, indicó John Christensen, director ejecutivo de la Red de Justicia Tributaria (Tax Justice Network), un grupo de Londres.
“A pesar de que Hong Kong ha llevado a cabo mejoras en sus leyes ALD para satisfacer al GAFI, tienen un largo camino por recorrer en la lucha contra la delincuencia financiera y la mejora en el área del secreto”, precisó Christensen, cuya organización calificó a la región como la cuarta con más secreto bancario de un total de 71 jurisdicciones analizadas en su Índice de Secreto Financiero de 2011.
Un oficial de cumplimiento de una sucursal de Florida de un banco internacional dijo que su institución no va a ajustar su clasificación de riesgo de Hong Kong hasta que las autoridades de la jurisdicción demuestren “que no tienen miedo de castigar operaciones con programas débiles” o reprimir a los evasores de impuestos.
Consolidación de NSMs
La nueva medida puede pesar duro contra los cerca de 1.500 empresas de servicios monetarios de la región, que podrían ver un aumento en multas y probables penas de prisión, mencionó el consultor de Hong Kong.
“Muchos de los remesadores y cambiadores de divisas más pequeños lo hacen como un negocio paralelo y nunca han sido observados para determinar si se han presentado los correspondientes informes de actividad sospechosa y documentos de transacciones de clientes, ni siquiera si están registrados”, aseguró la fuente, y agregó que el supervisor principal del sector, la Policía de Hong Kong, ha sido incapaz de regular adecuadamente el sector.
Muchas de las “pequeñas tiendas familiares probablemente cerrarán”, comentó Platts. “No van a contar con el negocio o la escala para justificar la concesión de la licencia y la implementación de programas ALD”.
En un cable filtrado del Departamento de Estado de los Estados Unidos publicado por Wikileaks en agosto, un funcionario de Estados Unidos dijo que muchos de los agentes de remesas y de cambio de divisas de Hong Kong habían “expresado fuertes preocupaciones” sobre los costos asociados con el cumplimiento de las nuevas normas.
Las empresas “temían que los beneficios actuales de sus operaciones de baja tecnología no puedan soportar los requisitos y les obligaría a consolidar o quedar fuera del negocio”, según el cable.




