El ex dictador panameño Manuel Noriega puede ser extraditado a Francia para enfrentar cargos por lavado de dinero después de que complete la condena a prisión en EE.UU. a comienzos del mes próximo dictada en 1992 por tráfico de drogas, dijo en su fallo un juez estadounidense el martes.
La decisión muy esperada del Juez Federal William Turnoff sigue a una orden judicial emitida el viernes que denegaba un pedido de Noriega para bloquear la extradición.
Las autoridades francesas están tratando de enjuiciar a Noriega por supuesto lavado de más de US$3,15 millones a través de bancos en ese país y por utilizar parte del dinero para comprar departamentos lujosos.
Noriega fue condenado por los cargos en ausencia en 1999, pero las autoridades francesas dicen que podría recibir un nuevo juicio. Si fuere condenado, podría enfrentar 10 años de prisión.
Noriega quiere ser devuelto a Panamá, adonde será juzgado por asesinato, extorsión y abusos de los derechos humanos. El abogado de Noriega, Frank Rubino, dijo en el expediente judicial – y alegó nuevamente el martes – que Noriega no debería ser extraditado a Francia para enfrentar cargos de lavado de dinero por su designación en EE.UU.
Turnoff resolvió que el derecho de Noriega a ser repatriado a Panamá bajo la Convención de Ginebra – en lugar de enfrentar la justicia por sus delitos en otros países – “no existe”.
Él dijo que los fiscales han demostrado tres criterios clave para la extradición de Noriega: que existe una causa probable para los cargos de lavado de dinero en Francia; que se le otorgarían las mismas protecciones de un prisionero de guerra si fuere encarcelado en Francia; y que Francia es parte de la Convención de Ginebra.
El Departamento de Estado dará la aprobación final al viaje de Noriega a Francia. El ex general, quien declaró en la corte que tiene 73 años, debe ser liberado de la prisión en Miami el 9 de septiembre. Las tropas estadounidenses capturaron a Noriega en 1989 cuando invadieron a Panamá para derribar a su régimen.
Rubino, en un último esfuerzo, alegó que Noriega no recibiría el trato de prisionero de guerra en Francia, mencionando un informe del diario panameño “La Prensa”, que citaba al embajador francés en Panamá, Pierre Henry Guignard diciendo que el país trataría al ex dictador como a un “delincuente común”.
Los fiscales, sin embargo, respondieron que recibieron garantías de Francia en un “comunicado secreto y confidencial” de que Noriega recibiría “todos los beneficios” que recibió mientras estuvo bajo custodia de EE.UU.
Rubino dijo que creía que Francia retiraría a Noriega la condición de prisionero de guerra cuando llegue a Francia, posiblemente ubicando al anciano entre la población general carcelaria adonde podría convertirse en el blanco de otros delincuentes violentos.
Rubino dijo que está analizando con Noriega si presenta la apelación a la decisión de Turoff o si se traslada al Departamento de Estado. En cualquier caso, dijo, “todavía no escucharon el final de esto. Creemos que nuestra causa es justa y correcta”.
Una ex alcalde de Panamá, Mayin Correa, quien asistió al juicio y dijo que ella se había exilado en




