Un juez federal fijó el jueves otra audiencia de extradición para el ex dictador panameño Manuel Noriega – quien pronto cumplirá una condena en una prisión en EE.UU. por tráfico de drogas dictada en 1992 – dándole así más tiempo a sus abogados para continuar con la petición para que lo devuelvan a su país natal en lugar de enviarlo a Francia.

En la audiencia de 30 minutos realizada en una sala colmada del tribunal, el magistrado federal Juez William Turnoff fijó otra audiencia para el 28 de agosto referida al pedido presentado por Francia para extraditarlo a ese país y juzgarlo por cargos de lavado de dinero allí.

La demora permitirá al abogado de Noriega, Frank Rubino, tratar de bloquear el pedido de extradición presentado por Francia en otra audiencia el 10 de agosto ante el Juez Federal de Distrito William Hoeveler. Hoeveler presidió el juicio realizado a Noriega en 1992 por tráfico de drogas y resolvió que debería ser tratado como un prisionero de guerra.

Basándose en esa decisión, Rubino está argumentando que bajo las Convenciones de Ginebra, Noriega debería ser repatriado a Panamá en la fecha de su liberación, el 9 de septiembre. En presentaciones hechas el jueves, los fiscales afirmaron que ese pedido es “prematuro” y que el magistrado debería poder determinar si Noriega es extraditable.

La audiencia celebrada el jueves fue muy concurrida, y personal de seguridad desalojó a muchos abogados y estudiantes de la sala. Algunos trabajadores de mantenimiento que habían logrado entrar a la audiencia al manifestar que tenían que reparar un aparato de aire acondicionado, después declararon que había tenido oportunidad de ver fugazmente al ex dictador. Algunos abogados se sentaron en el sector del jurado porque el sector de la audiencia estaba completo.

Las autoridades francesas están tratando de extraditar a Noriega para juzgarlo por cargos de lavado de dinero. Los fiscales franceses alegan que lavó más de US$3,15 millones a través de bancos en ese país y utilizó parte del dinero para comprar lujosos apartamentos. Noriega fue condenado en ausencia por esos cargos en 1999.

En los últimos 15 años, Panamá intentó tres veces extraditar a Noriega para que enfrente acusaciones por abusos a los derechos humanos, extorsión y asesinato. El gobierno panameño recientemente pidió información sobre el estado de esos pedidos en enero, de acuerdo con los documentos judiciales.

Noriega dijo pocas palabras durante la audiencia, y sólo reconoció que comprendía la naturaleza del procedimiento. Llevaba puesto el saco de un traje oscuro sobre su uniforme militar marrón. Tenía un auricular en su oreja izquierda para escuchar la traducción al español del proceso.

Después de la audiencia, Rubino le dijo a los periodistas que Noriega goza “de buena salud, es fuerte y está listo para pelear. Lo único que quiere es sentarse en una silla mecedora y pasar tiempo con sus nietos”.

Agregó que algunos representantes del gobierno de Panamá asistieron a la audiencia, pero le sorprendió que ninguno habló en la misma. “Panamá ha estado tratando de extraditarlo, pero ahora están muy asustados de que vaya a casa”, dijo. “Ahora, van a dejar que Francia se lleve a su ciudadano”.