Por José Maria Olmo

Cuando una organización delictiva tiene una cantidad tal como US$400 millones para lavar, no puede sino valerse de diversos métodos y sectores para hacerlo. En España, un grupo de este tipo extendía sus tentáculos a diversas actividades como compra venta de coches de lujo, importaciones falsas de bienes informáticos y la administración de locales de prostitución.

Y la persecución de la banda comenzó con algo tan simple como un informe de actividad sospechosa de un banco.

Las investigaciones policiales comenzaron hace tres meses, cuando agentes especializados en delitos económicos detectaron en una entidad bancaria una operación sospechosa de constituir lavado de capitales: abrían cuentas bancarias e ingresaban grandes cantidades de dinero que luego eran transferidas a otras cuentas en el extranjero.

La policía española llevó a cabo la operación en dos fases. Primero, a mediados del pasado mes de mayo, detuvo a 21 personas e incautó 193 kilogramos de cocaína de gran pureza, con un valor de US$ 8 millones.

En la segunda parte de la operación la semana pasada, detuvo a otras cinco personas, testaferros de la banda. Se calcula que la organización lavó desde el año 2001 más de US$450 millones de dólares, y se los acusa de blanqueo de capitales continuado, corrupción de menores, falsificación de documentos, cohecho, delitos contra el derecho de los trabajadores y contra la salud pública y otros relacionados con la prostitución.

Las transacciones bancarias eran realizadas por Joachim B, de nacionalidad alemana, que utilizaba la documentación de una persona de ciudadanía holandesa; y por Gabriel Edgardo G.P. Durante las transacciones, otros dos detenidos, Manuel de la C.H. y Alberto S.B. vigilaban desde el exterior las entidades bancarias, para asegurarse de que no estaban siendo observados por las fuerzas policiales.

Exportaciones ficticias

Las autoridades creen que esta organización se dedicaba principalmente al blanqueo de capitales obtenidos en actividades ilícitas por otras bandas. “El blanqueo de capitales se realizaba mediante la apertura de cuentas en diferentes entidades bancarias a nombre de empresas fantasma, transfiriendo grandes cantidades de dinero a sociedades mercantiles, creadas de manera ficticia”, ha declarado el departamento de comunicación del Ministerio de Interior español.

Las cuentas se abrieron en diferentes países extranjeros (China, Estados Unidos, Corea del Sur, Alemania y varios países latinoamericanos eran los más frecuentes) y también en algunos paraísos fiscales, como Islas Vírgenes Británicas y Hong-Kong.

Las transferencias a las empresas fachada se justificaban mediante facturas falsas, por un supuesto pago por la adquisición de productos de procedencia extranjera, generalmente informáticos.

Un servicio completo e internacional

Según el Ministerio del Interior el dinero que la organización iba a lavar “era entregado en efectivo a Manuel de la C.H. por ‘correos’ pertenecientes a organizaciones delictivas colombianas dedicadas al narcotráfico”.

Las autoridades descubrieron que Manuel de la C.H., el jefe de la organización, cobraba por los servicios prestados una comisión del 10 por ciento sobre el total del dinero blanqueado. Además, los detenidos Manuel y Alberto realizaban viajes con mucha frecuencia a Bélgica y Alemania, de los que regresaban portando varios millones de euros en efectivo.

El papel de los testaferros de la organización detenidos la semana pasada era transferir el dinero a diferentes países, que justificaban también con facturas falsas. Todos los detenidos recibían las órdenes de Manuel de la C.H. La policía relacionó a la investigación e investigó las sociedades mercantiles Golden C y Inversión y Negocios S.A.

Ganancias invertidas

Con los beneficios obtenidos del negocio del blanqueo de capitales, Manuel de la C.H,  compraba vehículos de alta gama de segunda mano en Alemania y los importaba a España.
Después de manipular los cuenta kilómetros de los automóviles los vendía a particulares en el mercado español, introduciendo también de este modo el dinero blanqueado en la corriente monetaria legal.

Las actividades del jefe de la banda en España no terminaban ahí: otra importante parte de las ganancias se utilizaba para la compra y explotación de un prostíbulo de lujo en Estepona (Málaga, España), valorado en 12 millones de euros (unos US$15 millones). La instalación se ubicaba Toledo, donde la banda también almacenaba los vehículos traídos de Alemania hasta su venta. El cabecilla de la banda disponía además de diversos inmuebles para uso privado.

La Policía ha solicitado el embargo de 81 cuentas bancarias, tres viviendas particulares, un depósito industrial y un prostíbulo. Se desconoce el valor total de los bienes y efectos intervenidos.