Según cifras recientes de la Organización Internacional del Trabajo unas 200 millones de personas se encuentran desempleadas en todo el mundo. Las proyecciones no son nada alentadoras, ya que los expertos estiman que durante el año 2012 la cifra aumentará. Sin embargo, esta grave situación es aprovechada por grupos criminales que encuentran en los desempleados unos “inocentes” aliados para legitimar dinero sucio.

Muchos lavadores de dinero están utilizando a individuos desempleados a quienes ofrecen atractivas posiciones laborales. Lo que no saben las víctimas es que están siendo utilizadas para dificultar la labor de los departamentos de cumplimiento antilavado de las instituciones financieras.

La metodología

Los delincuentes comienzan por ubicar regiones o ciudades con elevados niveles de desempleo. Es muy común que los falsos empleadores se enfoquen en los grupos de personas que tienen más dificultades para encontrar empleo, como lo son las personas mayores de 45 años y los que tienen poca formación académica. También se enfocan en los soportes de familia, quienes tienen una gran necesidad de tener ingresos para poder mantener a varios hijos.

En distintos periódicos y sitios de internet especializados en oferta de empleos, publican anuncios solicitando personas dispuestas “a trabajar desde su casa”, con un “salario fijo” o con “atractivas comisiones”.

Un elemento común en la oferta es que no se requiere formación académica ni experiencia previa en el mundo financiero. De esta forma, minimizan las posibilidades de que las víctimas detenten algo sospechoso, ya que una persona con experiencia en el área fácilmente puede notar una situación irregular.

La idea inicial es conseguir currículos u hojas de vida de los desempleados, de esta forma pueden acceder a la información personal de cientos de personas, entre las cuales luego seleccionan al grupo que se presenta más necesitado y, por ende, más vulnerable.

Un supuesto representante del departamento de recursos humanos de la empresa establece contacto telefónico o por email con los candidatos, quienes no notan nada irregular ya que todo el proceso luce  “legítimo”. Luego de algunas preguntas le ofrecen una posición estable y bien remunerada: colaborador financiero, tramitador o cualquier otra denominación, pero fundamentalmente la oferta de trabajo consiste en “colaborar a distancia con una entidad financiera” o con supuestos grupos de inversionistas.

Si la víctima acepta el trabajo, le exigen un número de cuenta bancaria para transferirle el pago de las comisiones o el pago del salario. La persona debe otorgar todos los datos de acceso. De esta forma, los criminales pueden manejar la cuenta sin que el titular lo sepa.

Posteriormente realizan cuantiosas transferencias de dinero, que luego es transferido a diversas cuentas de otras víctimas ubicadas en distintas ciudades o países. De esta manera, los delincuentes efectúan numerosos movimientos del capital ilícito, ocultando el rastro y dificultando la labor del personal de cumplimiento ALD.

Señales de alerta para el personal bancario

Los oficiales y personal de cumplimiento antilavado y antifraude de las entidades financieras deben estar alerta ante los siguientes indicadores:

·         Una cuenta de un cliente empieza a recibir transferencias cuantiosas que no coinciden con su perfil e historial transaccional.

·         Un cliente comienza a realizar múltiples transferencias a diferentes destinatarios ubicados en varias jurisdicciones.

·         Un cliente que recibe en su cuenta del banco los depósitos del seguro de desempleo, empieza a mostrar una fuerte actividad de depósitos y transferencias electrónicas.

·         Una cuenta que nunca ha sido movilizada mediante la “banca en línea” empieza a mostrar una fuerte actividad de depósitos y retiros hechos por internet.

·         Un cliente que históricamente ha realizado sus transacciones de forma personal en alguna sucursal del banco empieza a utilizar de forma intensa al banca “online” o la banca móvil.

Señales de alerta para los desempleados

En el caso de aquellas personas que buscan empleo, es importante que tengan sospechas ante las siguientes señales de alerta:

·         Conseguir un trabajo “estable y bien remunerado” sin haber sido entrevista personalmente.

·         La mayoría de las veces que la empresa establece contacto es mediante el correo electrónico, el teléfono o una página de internet.

·         El personal de la empresa contratante rápidamente desea obtener los datos de alguna cuenta bancaria.

·         Obtener una posición en el mundo financiero sin tener una formación previa y sin realizar un curso de capacitación es poco común.