Por Carla Valero
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Viendo las cifras cualquiera diría que en España se regalan vehículos de lujo o que los salarios de la población están por las nubes. Y es que el hecho de que las ventas de vehículos de gama alta aumentaran casi un 30 por ciento durante el 2006 es un dato que no tiene explicación sino fuera por las sospechas que el Ministerio de Hacienda tiene sobre la gran cantidad de dinero negro que circula por el territorio buscando una salida “legal”.

Según dieron a conocer miembros del sindicato de los Técnicos Financieros del Ministerio de Economía y Hacienda (GHESTA), uno de cada tres coches de lujo que se adquieren en España tiene que ver con un caso de blanqueo de capitales.

Para sustentar este dato, GHESTA realizó una inspección durante el año pasado por toda España donde se revisaron las facturas emitidas por varios concesionarios. Durante la inspección, vieron que los datos que se ponían sobre la información del vehículo eran correctos pero el problema surgía mayoritariamente cuando se tenían que declarar los accesorios adicionales que se compraban con el vehículo, los cuales en muchos de los casos no se reflejaban en las facturas.

Según José Maria Mollinedo, vicepresidente de GHESTA “en una de cada tres facturas que revisamos ponía un precio muy diferente al que de verdad valía el coche con los accesorios adicionales, lo que nos conduce a una situación ilícita de omisión en la declaración de los datos de la factura”.

Por otro lado, el dato del incremento de un 30 por ciento en las ventas de vehículos de lujo, es decir, aquellos que tienen un precio superior a los 60.000 euros, lo dio a conocer la Federación de Concesionarios de Automoción de España (FACONAUTO) que reveló que durante el año pasado se vendieron casi 10.000 unidades.

Para Mollinedo, “los índices de ventas son excepcionales para el nivel de renta por capita [de casi 21.000 euros anuales] que tenemos ya que hay pocas personas que puedan adquirir este tipo de vehículos en España. Por eso, muchas veces, estos vehículos sirven para satisfacer el lujo de empresarios de distintos sectores e incluso de traficantes que tienen que lavar dinero como sea”.

Una opinión muy diferente es la que tiene Blas Vives, Secretario General de FACONAUTO quien apunta que el aumento de ventas se debe a una época de bonanza económica en ciertos sectores profesionales. “El crecimiento tiene que ver con un afloramiento de la economía en el sector de la construcción y gente que en general les ha ido bien en los negocios y se pueden permitir este tipo de vehículos”.

Al respecto, Mollinedo dijo: “es verdad que la bonanza económica existe pero no justifica el espectacular aumento de ventas que parece que de pronto las familias de clase media se hayan puesto a invertir en vehículos de lujo cuando según datos de Hacienda pasamos por uno de los mayores momentos de endeudamiento”.

El mercado negro, otro sistema de compra

En la actualidad existen dos formas muy diferentes de adquirir este tipo de vehículos. O bien se hace a través del concesionario oficial, el que tiene un acuerdo firmado con la marca o bien a través de un particular en el mercado negro que ofrece el vehículo importado de cualquier país de la Unión Europea.

“Es lo que se llama un mercado de redes paralelas. Son vehículos que se introducen en España a través de profesionales que pueden venderlos más baratos, a veces incluso hasta 12.000 euros menos de lo que cuestan en un concesionario oficial”, dijo Vives.

Cuando el vehículo llega a la frontera, el vendedor declara un valor del producto muy inferior al real, aduciendo de forma falsa que se trata de un coche semi nuevo o procedente de alguna reparación. Estas características hacen que el importe a pagar por el Impuesto al Valor Agregado sea menos de lo normal, con lo cual posteriormente estos vendedores pueden ofrecer el coche mucho más barato que un concesionario por el dinero ahorrado en impuestos.

La adquisición de los vehículos de lujo estaría directamente relacionada con la gran cantidad de billetes grandes que circulan con toda tranquilidad por el territorio. Según datos del Banco de España, los billetes de 500 euros crecieron un 20 por ciento en el último año hasta alcanzar los casi 55.000 millones de euros. (Ver artículo “El Bin Laden, la otra economía de España”). Esto es un indicio al que ha llegado GHESTA tras realizar el estudio de los concesionarios. Una de las formas más usuales de sacarse los billetes negros de encima es a través de la compra de vehículos de lujo, una obra de arte, o joyas porque la operación no queda rastreada.

Para Mollinedo, “la ley en España tiene los suficientes instrumentos jurídicos para reducir este problema pero hay que dejar de fijarse en pequeños casos de corrupción de particulares y hacer más labores de investigación a grande escala, que es donde está el dinero de verdad”.

Falta de legislación, complicidad de vendedores

Para blanquear a través de la compra se necesita la complicidad del agente de ventas. Dicho agente compra de forma legal un vehículo a cualquier concesionario oficial y posteriormente lo vende a un particular poniendo en la factura una cifra mucho menor de lo que en verdad costó el vehículo, de forma que el comprador paga una parte legal con la factura y el resto en dinero negro.

“A través de esta operación, el agente recibe dinero en negro que puede almacenar en su caja fuerte o con el que puede realizar otras operaciones, y el comprador declara mucho menos de lo que pagó a instancias tributarias con lo cual se ahorra parte de los impuestos de matriculación”, dijo Mollinedo.

Por otro lado, en un proceso de adquisición los concesionarios no están obligados legalmente a reportar o verificar ningún dato sobre el cliente que adquiere vehículos de lujo y por lo tanto hacerlo o no es una cuestión que depende del “modus operandi” de cada concesionario.

De esta forma, un cliente puede utilizar cualquier sistema de pago legal sin importar la procedencia del dinero para adquirir el producto.

Según Vives, “aunque también es dinero en curso legal y en teoría valido, si llegara un cliente con un maletín lleno de dinero en efectivo a un concesionario, nos reservaríamos el derecho de la venta”.

En EE.UU, los concesionarios de coches están regulados bajo la Ley de Secreto Bancario, concretamente en la sección 130.30 donde dice que si una persona paga en metálico o con un cheque mas de US$ 10,000 dólares o la totalidad del valor del vehículo, el concesionario debe reportar el hecho al Servicio Interno de Rentas.

Concesionarios sin regulación ni supervisión

Los concesionarios en España están regulados a nivel europeo dentro de la Comisión 1400/2002 que se creó para controlar y definir las leyes de la competencia en el sector.

Desde el punto de vista normativo, los concesionarios actúan igual que cualquier empresa, no son un sector aparte ni cuentan con una regulación propia por parte de Hacienda, ni una regulación específica de prevención del lavado de dinero.

“Hay que llevar un control del IVA y de las cuentas en general. También como en Hacienda sabemos que los concesionarios pueden ser un sector de riesgo porque es un lugar donde se suele canalizar el dinero negro, se hacen inspecciones esporádicas por parte de los inspectores de hacienda”, dijo Mollinedo.

Cuando se adquiere un vehículo de lujo, el concesionario tiene la obligación de enviar a Hacienda la factura con la información de la venta y sólo después de que se han verificado los datos de que el precio del vehículo es el correcto, que tiene las características que pone en la factura, que el IVA está bien aplicado y que el Impuesto de matriculación también, se inicia el proceso de matriculación del vehículo. El problema es que en la actualidad, esta verificación es aleatoria y según Mollinedo “hay muchos que se nos escapan ya que si no se hacen las comprobaciones pertinentes dentro de un plazo asignado, el vehículo ya puede matricularse”.

Como método para la prevención del auge del blanqueo de dinero en el sector del automóvil, Mollinedo aconseja que se ponga más atención a la verificación de la compra de los vehículos. “Si en Hacienda hay 9.000 inspectores técnicos y cada año se venden en España unos 9.000 vehículos de este tipo, sale tan sólo a una inspección por técnico al año, ¿es eso mucho pedir?”.