Por Verónica Moyano

La industria del juego, que mueve millonarias sumas de dinero en todo el mundo resulta atractiva para las organizaciones criminales. Precisamente, las bandas delictivas suelen infiltrarse en tal actividad donde obtienen enormes ganancias a través del fraude y la extorsión.

     Es el caso de una organización criminal desbaratada en los últimos días en Madrid, donde la policía detuvo a 31 personas de origen chino que, por lo que dieron a conocer las autoridades, formarían parte de una compleja red que extorsionaba a compatriotas por deudas de juego para luego blanquear el dinero.

¿Cómo operaban?

     La organización, liderada por Wen Hay Y.W. (conocido también como Luis Ye), funcionaba desde dos áreas perfectamente diferenciadas: por un lado, el prestamista y, por el otro, los “magos”. 

     Los “magos” eran personas colocadas en partidas de póker o mahjong que podían tener lugar en casinos legales incorporarse a partidas clandestinas, encargados de amañar el juego para que los “invitados” o víctimas contrajeran deudas que en algunos casos llegaban a superar el millón de euros y que tenían que devolver posteriormente con muchos intereses.

     El prestamista era la persona que por su capacidad económica, facilitaba el dinero a los jugadores, previo requisito de la firma de un documento de reconocimiento de deuda y entrega de la documentación personal para asegurar la devolución del préstamo.

     Las víctimas de esta organización de origen chino, eran principalmente compatriotas captados a través del juego y a los que, una vez adquirida la deuda, se les cobraba intereses altísimos de hasta el 10% diario que, si no se saldaba en tiempo y forma, recibían amenazas y hasta daños físicos impartidos por el aparato de presión de la red.

“Oficina de blanqueo”

     Esta organización criminal con una logística tan bien diseñada, con roles bien definidos para cada uno de sus miembros, contaba también con una “sección” de lavado de dinero frente a la que se erigían los miembros de la familia de Wen Hay, sindicado como cabecilla de la banda.

     Su mujer y sus cuatro hermanos, estaban al frente de un complejo entramado empresarial para dar legalidad al capital recaudado por las extorsiones y los elevados intereses de los préstamos.

     Según dieron a conocer las autoridades, en los últimos dos años el entorno cercano del cabecilla llegó amortizar préstamos para inmuebles por valor de tres millones de euros, a pesar de que la mayoría de los detenidos implicados en esta área declaraban exiguos ingresos.

Magnitud de la trama

     Según los cálculos realizados por los investigadores, luego de los allanamientos y, según lo reflejado en las cuentas bancarias, la magnitud del negocio es de unos 75 millones de euros.

     La operación, que se ha llamado Aníbal, ha terminado con 31 detenidos, 550 cuentas bancarias bloqueadas, 21 pisos registrados, 800.000 euros intervenidos en efectivo, más otros 1,2 millones en letras de cambio, cheques al portador por 630.000 euros, 45 coches decomisados y 50 inmuebles más requisados. 

     Se han detectado casos de deudas superiores al millón de euros, según la investigación de la Brigada Provincial de Extranjería de Madrid, la UDEF Central y la UDEV Central de la Policía, unidades especializadas en mafias chinas, blanqueo y en delitos violentos, respectivamente.