Por Sergio Antequera.![]()
Unos US$ 80 millones defraudados y más de 40.000 personas estafadas es el resultado de la más reciente pirámide financiera desmantelada en septiembre por la policía brasileña, pero en este caso el esquema fraudulento de negocio creado por la banda criminal para engañar a sus víctimas descansaba sobre una moneda virtual llamada “kriptacoin”.
Wall Street Corporate es el nombre de la empresa con la cual los hermanos Welbert Richard Viana Marinho y Weverton Viana Marinho orquestaron el fraude y crearon a finales del año pasado la moneda virtual kriptacoin. A través de varias páginas de internet (www.wallstreetcorporate.com, www.kriptacoin.com, wwww.kriptacoin.info y kriptacash.com) los delincuentes transformaron la imagen de la empresa y de la moneda de tal manera que su credibilidad parecía real, utilizando las redes sociales para promover sus operaciones. Asimismo, estaciones de radio y canales de televisión fueron plataformas utilizadas para calar en la mente del público como una compañía confiable, bien estructurada y, obviamente, legal.
El uso de audios de conversaciones de los directivos de la empresa con personalidades famosas en el mundo del fútbol, como el jugador brasileño Neymar Jr., además de la publicación de fotos en las redes sociales con artículos de alto costo como joyas y carros deportivos, tuvieron la finalidad de mostrar la “oportunidad” de obtener grandes ingresos con kriptacoin, incrementando la popularidad de la moneda.
Según el portal Tenhodivisas.com, los hermanos Viana Marinho cuentan con un largo historial de crímenes como falsificación de documentos, clonación de tarjetas y otros crímenes. Por su lado, Fernando Ewerton, heredero de una concesionaria de autos en Brasilia, en donde funge como directivo, se encuentra entre las personas presas y relacionadas al delito. Por otra parte, Fernando lleva una vida ostentosa y agitada, teniendo el capital necesario para comprar carros de último modelo, producto de sus ingresos por la concesionaria y el presunto lavado de dinero.
El esquema de engaño
Los potenciales clientes que eran contactados por la empresa acudían a las lujosas salas de conferencias en un centro comercial de Vicente Pires, el cual era la sede principal de Wall Street Corporate. En el mismo sentido, coaches bien vestidos y con un entrenamiento previo, hacían ver la kriptocoin como un proyecto rentable y confiable, el cual generaría ganancias seguras, incluso si el valor de la misma bajaba.![]()
Específicamente, se indicaba que los inversores tendrían ganancias de 1% diario por sobre el capital invertido, sumado a otro 10% del ingreso total por cada nuevo cliente que incorporara en la organización. En definitiva, la adición de personas junto a su dinero en la empresa tenía una importancia crítica para que los delincuentes llenaran sus bolsillos, por lo que era de suma relevancia hacer saber a los inversores que era “un deber” atraer gente al negocio.
Según datos de la empresa, en un principio el valor de la moneda virtual en el mercado era de R$1, al mes subió a R$6.20 y al momento de la intervención policial se suponía que estaba a R$23. Con esto en cuenta, el “valor” del Kriptacoin subía como la espuma y se mostraba como una excelente oportunidad de negocios legítimos; sin embargo, Kriptacoin no figura o cotiza en los mercados financieros especializados, es decir, es inexistente, siendo solo manejada por Wall Street Corporate y por los inversores, a quienes no se les permitía realizar retiros.
Todo el entramado financiero era ejecutado a través de tres empresas fachada, dos brasileñas y una constituida en Uruguay:
– WS CORPORATE SOLUÇÕES EM TECNOLOGIA LTDA-ME com o CNPJ 19.051.412/0001-32
– KRIPTA INVESTIMENTOS EM TECNOLOGIA DA INFORMAÇÃO EIRELI com o CNPJ 26.859.666/0001-93
– WOODTOOLING SA (Uruguay) RUT 216338620019
Inseguridad de las monedas virtuales
Debido a la falta de registros y a la débil regulación de los sistemas financieros digitales, se crea un espectro inestable de negocios que puede ser un nicho de actividades ilegales como el presente caso, pues la dificultad rastrear transacciones y el uso global de estas monedas incrementa exponencialmente el lavado de dinero, las estafas y el financiamiento de organizaciones criminales.
En este caso, las compañías multinivel como Wall Street Corporate manejan altas sumas de dinero que puede ser camuflado bajo monedas virtuales, que sirven como sustento para aparentar un sistema legal, pero que a fin de cuentas es fraudulento, pues solo se vale del engaño y de la incorporación de más víctimas para poder obtener ingresos.




