Por Juan Alejandro Baptista

A partir de hoy primero de julio entró en vigencia en México el llamado Impuesto a Depósitos en Efectivo (IDE), mediante el cual las autoridades esperan reducir las operaciones de lavado de dinero y atacar el comercio informal.


Esta nueva ley establece que todos aquellos que realicen depósitos en efectivo tendrán que pagar un impuesto de 2% sobre el monto que sobrepase los 25.000 pesos mexicanos al mes. Los montos serán acumulables por cada mes calendario.


El presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), Enrique Castillo Sánchez Mejorada, destacó que los intermediarios están listos para retener el nuevo impuesto y afirmó que la medida será un incentivo para un menor uso de efectivo y un aumento en la demanda de los medios electrónicos como Internet.


Por su parte, la directora del Servicio de Administración Tributaria en Morelos, Adriana Flores, se mostró satisfecha por la iniciativa y la catalogó como positiva, aunque muchos estiman que los más afectados serán los negocios que reciben muchos pagos en efectivos, tales como la tiendas por departamentos, restaurantes, autoservicios y en general el sector comercial.


A pesar del optimismo gubernamental, un oficial de cumplimiento de una entidad financiera mexicana que prefirió mantener el anonimato, aseguró que este nuevo impuesto no será en efectivo en la lucha antilavado, debido a que a los lavadores no les importará perder un 2% de sus jugosas ganancias provenientes de las actividades ilícitas.


Se espera que en los próximos días algunos representantes sectoriales introduzcan amparos para intentar posponer la aplicación de la nueva regulación.