Por Fernando Martínez

De manera creciente los entes reguladores de la región centran su atención en las entidades no financieras como casinos y casas de cambio, por mencionar algunas, las cuales se ha demostrado son un escenario muy fácil para que el crimen organizado legitime capitales procedentes de actividades ilícitas.

     En Suramérica de acuerdo con la percepción de varios expertos, falta mucho camino por recorrer en este sentido, aunque la tendencia es ir incorporando regulaciones ALD/CFT especiales para cada uno de estos sectores.

     El hito más reciente ha sido el paso adelante que dio Chile con una importante iniciativa de ajustar el marco regulatorio que obliga a todos los casinos y centros de apuestas a contar con un Sistema de Prevención del Lavado de Activos y del Financiamiento del Terrorismo, basado principalmente en el concepto “Conozca a su Cliente”.

     En otras naciones como Venezuela, por citar solo un ejemplo, a pesar de que el gobierno cerró más de una docena de grandes casinos y bingos, hoy operan centenares de centros de apuestas sin ninguna regulación y peor aún de manera clandestina.

     La insistencia de los entes reguladores que han puesto la mira en el sector de los juegos de azar es porque salvo algunas excepciones, se observa en general políticas regulatorias débiles, pocos controles sobre las fuentes de las inversiones – beneficiarios y escasos controles sobre la práctica cotidiana de la circulación del efectivo.

     El reto principal en este sector es lograr la identificación fehaciente del cliente cuando históricamente se ha caracterizado por el hábito del anonimato, además de introducir formularios y declaraciones juradas en un ámbito que, a diferencia de bancos, compañías de seguros, remesadoras de fondos, mercados de valores, etc. estás fórmulas le eran totalmente ajenas.

Mitigando el riesgo

     En consultas realizadas por Lavadodinero.com a expertos en el área, coinciden en 8 aspectos clave que deben ser tomados en cuenta para mitigar los riesgos que pudieran asociarse a la actividad de casinos:

1.- Verificar que el casino cuenta con el permiso correspondiente y que las actividades que desarrolla están debidamente aprobadas por el ente regulador y cuentan con la anuencia de las autoridades locales donde estén ubicados los establecimientos.

2.- Comprobar que la sala de juego cuente con un gobierno corporativo y Comités de Control de Riesgos, Cumplimiento o Prevención de Lavado de Dinero.

3.- Constatar que al menos el 25% de los integrantes de los comités son miembros independientes y destacados en la profesión.

4.- Revisar que el permisionario cuente con un programa de cumplimiento y de prevención de lavado de dinero, mapa de riesgos, controles y supervisión sistemática independiente del personal de la operación.

5.- Verificar que el casino aplica debida diligencia a los socios, controladores o beneficiarios, proveedores, clientes o a cualquier transacción conforme al umbral establecido para mitigar riesgos.

6.- Estar seguro que el  permisionario tenga programas constantes de entrenamiento en el personal para implementar adecuadamente las políticas y procedimientos de control de riesgos y prevención de lavado de dinero.

7.- Asegurar que el programa de prevención de lavado de dinero ha sido auditado periódicamente por un tercero independiente.

8.- Confirmar que el permisionario tiene un plan de cumplimiento y registro de las recomendaciones del Comité y del auditor independiente.