Por Brian Orsak
El Concejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó un tercer paquete de sanciones económicas contra Irán por las supuestas ambiciones del país para desarrollar armas nucleares.
Catorce de los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la organización mundial, que dicta recomendaciones sobre iniciativas de paz internacionales, apoyaron la medida que reclama un monitoreo más estricto de las instituciones financieras iraníes, prohibiciones de viaje para los individuos que participan del programa nuclear de Irán y las inspecciones a las cargas embarcadas hacia y desde el país, de acuerdo con el comunicado de prensa de las Naciones Unidas.
La última resolución dictada contra el país, que cada vez se vio más aislado por los gobiernos estadounidense y europeos durante el último año, también agrega 13 nombres a la lista de individuos sujetos a restricciones de viajes y activos, informó la organización. Con estos últimos agregados, la lista de la ONU tiene 30 entidades que según indicó están vinculadas al programa nuclear de Irán.
“En un asunto de tanta importancia, la comunidad internacional debe poder creer las declaraciones de Irán de que su programa nuclear tiene exclusivamente fines pacífico”, dijo Zalmay Khalizad, representante permanente de Estados Unidos ante el Consejo, es una declaración. “Una vez más, el Consejo de Seguridad no tiene otra opción más que actuar”.
Los funcionarios iraníes dijeron en repetidas ocasiones que su programa nuclear tiene solamente fines pacíficos.
La resolución, que fue rechazada por Indonesia – el único país que se abstuvo en la votación – fue dictada después de dos resoluciones emitidas en Diciembre de 2006 y Marzo de 2007. En su última resolución contra Irán, la organización impuso una prohibición sobre la venta de armas y congeló los activos de aquellos vinculados al programa nuclear de esa nación.
El país ha estado sometido a una intensa presión internacional también, como declararon funcionarios norteamericanos en una reunión privada con más de 40 bancos no estadounidenses para persuadir a la comunidad internacional a que limite su interacción con el país. Tanto el UBS como el HSBC, Standard Chartered, Commerzbank y el Deutsche Bank, todos ellos declararon que interrumpirían sus vínculos con Irán.
En los últimos 18 meses, la administración Bush ha sancionado a las compañías iraníes, el ala militar elite del país y a tres de los bancos más grandes del país: el Bank Melli, Bank Sepah y el Bank Saderat. El Wall Street Journal informó la semana pasada que el Departamento del Tesoro de EE.UU. estaba analizando la aplicación de sanciones adicionales contra el banco central de Irán, el Bank Markazi.
El enfoque agresivo asumido ha sido cuestionado ampliamente. En un informe fechado el 16 de Enero, la Oficina de Responsabilidad Gubernamental del Congreso de EE.UU. dijo que el impacto de las sanciones se había visto reducido por las relaciones de Irán con compañías extranjeras y un cambio en las operaciones de los bancos iraníes, que dejaron de realizar operaciones en la moneda estadounidense.




