“¿Hay lavado de activos en el fútbol? La respuesta a la pregunta es muy simple, y no es un secreto para nadie: sí, los equipos de fútbol han servido para lavar activos”, así lo expresó el Director de la Unidad de Inteligencia y Análisis Financiero (UIAF) de Colombia, Mario Aranguren, en una conferencia realizada en Bogotá.
Jugadores, dirigentes y dueños de equipos han sido procesados por este delito en el pasado. Sin embargo, el esfuerzo de las autoridades no ha sido suficiente, según afirmó Aranguren, quien explica que el principal problema es que la estructura del sistema es muy flexible, porque según la normativa colombiana los equipos “están organizados como entidades sin ánimo de lucro y ¡eso no se lo cree nadie! Todos los clubes tienen intereses económicos, negocian y ganan lo cual estaría bien si fuera una industria que se rige por las normas que le aplican al sector privado (…) El segundo factor que influye es que no hay esquemas fuertes de regulación que eviten la desviación del interés social hacia el interés de los delincuentes”.
A juicio de Aranguren, el sector es complicado de supervisar por la dinámica de las actividades comerciales que implica, como el continuo intercambio de jugadores, los gastos de publicidad, etc. “La flexibilidad del sistema hace que el sector asuma permanentemente prácticas informales, que lo hace más vulnerable. Es común contratar a los jugadores por determinadas cifras, pero el pago real es 5 ó 6 veces mayor, pago que no se realiza por el sistema financiero, del cual no se pueden deducir impuestos, dinero al que no se le puede seguir el rastro”, explicó.
El pasado mes de marzo la UIAF colombiana le solicitó a los 36 clubes del fútbol profesional el listado de sus asociados, las identificaciones, las direcciones registradas, las cuotas o acciones que poseen y valor del aporte. A la fecha, 29 equipos enviaron la información y 7 no han cumplido con la solicitud: la Corporación Deportiva del Municipio de Rionegro, el Bajo Cauca, la Alianza Petrolera y el Valledupar Cesar Fútbol Club. Por su parte el Atlético Bucaramanga y la Corporación Nuevo Cúcuta Deportivo enviaron información incompleta, mientras que el Deportivo Pereira envió un disco que no se puede leer.
El director del organismo regulador informó que “iremos a las instancias legales que sean necesarias para hacer cumplir la ley. El envío de la información no es opcional, es una obligación”.
Por su parte, el presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Luis Bedoya, argumentó que, aunque es muy preocupante que todavía ocurran estos hechos en el futbol nacional, es muy positivo que el 99% de los clubes actualmente estén cumpliendo con todos los requisitos que impone la ley. Bedoya defendió al sector y destacó que “más del 90% de las personas vinculadas al fútbol colombiano son transparentes”, algo que hasta hace algunos años no era posible.
El dirigente deportivo aseguró que el “fútbol de hoy es mejor que el de antes. Acá no hay nada que esconder y en cambio mucho por mostrar”.
Las autoridades deportivas colombianas informaron que los equipos que no entreguen la información solicitada pudieran ser retirados de algunas competencias.
Banderas rojas
Al analizar la información enviada por los 29 equipos a la UIAF, se pueden extraer algunos ejemplos que sirven como banderas rojas de alerta de actividades sospechosos relacionadas al lavado de dinero y a la financiación del terrorismo. Algunos ejemplos de estos datos sospechosos:
-La suma de los socios de los 29 clubes es de 77.443. De estos, 19 clubes enviaron los nombres de 5.934 socios sin número de identificación; un equipo envió la lista con casi 3.000 socios sin identificación; 1.570 números de identificación fueron duplicados, es decir que realmente falta la información exacta de 7.411 socios.
-Otro club reportó más de 1.000 socios con la misma dirección, y otro equipo no envió las direcciones de los socios.
-Algunos clubes registran dos o más socios con el mismo número de identificación. Hay algunos que presentan más de 70 casos en los que las personas tienen la misma identificación.
-Al cruzar la lista de los socios con la base de datos de Reportes de Operaciones Sospechosas (ROSs), el primer análisis permitió identificar que hay 1.179 ROS relacionados con socios de los clubes, lo que representa el 1% de la información que hay en la Unidad relacionada con posibles operaciones de Lavado de Activos o Financiación del Terrorismo.
-Hay clubes que tienen más de 70 socios con reportes de operaciones sospechosas.
-Hay información adicional de terceras fuentes sobre 212 socios, algunos de los cuales aparecen en listas especiales, otros fueron capturados o tienen antecedentes
Penales.
-Hay 28 Reportes de Operaciones Sospechosas que relacionan a los equipos con personas incluidas en la Lista OFAC, con grupos al margen de la ley y con movimientos inusuales de dinero, entre otros.
-Hay clubes deportivos que tienen socios con antecedentes judiciales.
-Hay clubes que hacen transacciones en efectivo por miles de millones de pesos, y un gran porcentaje de esas transacciones las hacen por montos cercanos al tope de reporte, práctica que se denomina fraccionamiento.
Juego regulado
Las autoridades colombianas consideran necesario la regulación de los equipos de fútbol para poder enfrentar eficientemente el lavado de dinero y la financiación del terrorismo. El Ministerio de Hacienda estudia un proyecto de decreto por medio del cual se impondrá a los clubes deportivos la obligación de reportar información a la UIAF.
“Con la información que recibamos de los clubes y de los demás sectores obligados, podremos identificar las operaciones sospechosas. Los clubes si deben conocer a sus socios e inversionistas, deben saber a qué se dedican, de dónde proviene el dinero con el que compran la acción, qué transacciones realizan con el club o con las acciones; y sobre todo es necesario que se establezcan los niveles de riesgo para los equipos”, afirmó Aranguren.
En tal sentido, el director de la UIAF agregó que la identificación del cliente es fundamental para combatir el lavado en el fútbol, “para esto verificamos que la identificación y los demás datos exigidos correspondan. Cuando esto no sucede, tenemos una primera señal de alerta sobre posibles irregularidades que conduzcan a determinar que se puede estar fraguando una operación de lavado de activos o financiación del terrorismo”.
Antecedentes de un juego sucio
Este no es un problema nuevo ni exclusivo de Colombia. En el año 2005 la FIFA adoptó un documento titulado “Por el bien del juego” en el que indican algunos riesgos a los que está expuesto el fútbol, y la necesidad de contrarrestarlos. Asimismo, en el año 2006 se publicó el “Informe Independiente sobre el Deporte Europeo” avalado por los Ministros del Deporte en la Unión Europea, en el que está latente el riesgo de Lavado de Activos que se presenta en esta práctica deportiva.
Por su parte, el GAFI publicará un informe donde analizará cómo los delincuentes explotan a los clubes, según informó el presidente del GAFI, Sir James Sassoon, durante la reunión plenaria de la organización en Londres el pasado mes de junio. El informe incluirá las mejores prácticas para las agencias de control legal y los reguladores y busca ayudar a los países a identificar las señales de alerta de lavado de dinero. El GAFI amplió el alcance del informe, originalmente destinado a centrarse en los clubes de fútbol europeos, para incluir ahora a los equipos y las transferencias de jugadores en Sudamérica y varios deportes en EE.UU.
En los últimos años ha habido varios casos renombrados de lavado en el fútbol, uno de ellos fue el del jugador colombiano Freddy Rincón, famoso en los años 90, quien fue detenido en Brasil acusado de lavado de dinero, luego de que las autoridades panameñas solicitaran su extradición por los comprobados nexos del ex futbolista con el el capo del narcotráfico brasileño Pablo Rayo Montaño.




