AmSouth, el banco estadounidense con sede en Alabama, está pagando un alto precio. El banco, que cuenta con US$50.000 millones en activos, debe pagar una penalidad de US$10 millones a la Red de Control de Crímenes Financieros del Departamento del Tesoro de EE.UU. (FinCEN por sus siglas en inglés) y debe entregar US$40 millones como parte de un acuerdo con el Departamento de Justicia, y aun puede ser procesado si no cumple con medidas específicas correctivas relacionadas con su programa antilavado. La multa y la confiscación ofrecen valiosas lecciones:

1. Conozca su cliente


Dos malhechores, Louis Hamric y Victor Nance, manejaban un esquema Ponzi que en parte se llevaba a cabo a través de AmSouth. (Un esquema Ponzi es una empresa fraudulenta en donde se pagan a los primeros inversionistas con dinero que se recauda de otros inversionistas. Eso crea la falsa impresión de ser un negocio rentable así se pueden atraer a otros inversionistas). En un caso de Virginia que involucra un esquema Ponzi de US$129 millones, AmSouth no marcó ni controló la cuenta de Ferry Dowdell incluso después de que éste fuera arrestado, de que comenzara la cobertura por parte de los medios, y de que el banco recibiera notificaciones de comparendo de un gran jurado sobre sus cuentas. AmSouth no “condujo una evaluación de riesgo sobre sus clientes para identificar los clientes, productos y ubicaciones geográficas de alto riesgo”.


2. Presentar Informes de Actividad Sospechosa


AmSouth no presentó informes de actividad sospechosa (IAS) incluso cuando supo que algunos de sus clientes estaban involucrados en transacciones fraudulentas o se encontraban bajo investigación. En otro caso, AmSouth no presentó un IAS porque no sufrió ninguna pérdida. Esa no es una excusa. Bajo las regulaciones de la Ley de Secreto Bancario, las instituciones financieras deben presentar IAS para todas las transacciones por encima de los US$5.000 donde la institución “sepa, sospeche o tenga razones para sospechar” que los fondos son producto de actividades ilegales, son estructurados para evadir la obligación de reportaje, o no cuentan con ningún propósito comercial o legal aparente (31 USC Section 5318(g) and CFR Section 103.18).


3. Prestar atención a los corredores


Robert Moorehead, empleado de Servicios de Inversión del banco, supuestamente cometió fraude en las cuentas de su cliente al falsificar firmas de clientes en varios documentos. Investigadores federales y estatales alegan que Moorehead convenció a 217 clientes que inviertan US$15 millones en productos del banco, y obtuvo US$1 millón en comisiones. Según el periódico USA Today, la investigación también encontró que los corredores de AmSouth no contaban con las licencias adecuadas, falsificaron documentos de los clientes, y obstaculizaron el trabajo de los examinadores estatales.


4. Ruedas de entrenamiento


Por lo general, los IAS no fueron presentados porque los oficiales de AmSouth no sabían qué actividad obligaba a presentar un informe y muchos empleados no entendían sus obligaciones. Hasta febrero de 2004, AmSouth no había ofrecido un entrenamiento a los empleados del banco para que detecten y reporten fraude y otras actividades sospechosas. El continuo entrenamiento de los empleados es uno de los principales elementos  de un efectivo programa de cumplimiento, según ordena la Sección 352 de la Ley USA Patriot e implementada por las regulaciones de la Ley de Secreto Bancario.


5. No sea obstruccionista


AmSouth no pudo presentar a tiempo documentos que respondieran a ocho notificaciones de comparendo del gran jurado. Uno de sus oficiales fue acusado de perjurio, supuestamente por mentir bajo juramento sobre el acceso a información de clientes que AmSouth dio a Hamric. El departamento legal de AmSouth “no contaba con sistemas para alertar al personal de cumplimiento –de la Ley de Secreto Bancario—de notificaciones de comparendo y solicitudes de información que recibió de las fuerzas de ley”, dijo FinCEN.


6. Porteros o Gatekeepers: línea legal de defensa


Luego de que el gran jurado enviara notificaciones de comparendo a AmSouth, sus abogados no cooperaron. Según el acuerdo con el Departamento de Justicia, “los asesores legales externos al banco asumieron que ciertos documentos habían sido producidos a pesar de que en realidad no habían sido producidos. Los asesores legales dentro del banco que supervisaban la producción no buscaron dentro de sus propios archivos a pesar de que allí se encontraban documentos que podían responder a las notificaciones de comparendo”. Los asesores legales dentro del banco no solicitaron documentos de empleados que “respondían directamente a las notificaciones de comparendo”. Los abogados dentro de la institución encargados de las solicitudes de la ley en cuanto a asuntos de lavado de dinero deben preparar un grupo de abogados independientes con experiencia en tales asuntos.


7. Cuide su espalda


FinCEN dice que AmSouth contaba con un “proceso de auditoría interna materialmente deficiente que no pudo detectar insuficiencias [en el campo antilavado]”. Esa auditoría no probó cuentas sospechosas, ni ofreció una evaluación general del cumplimiento de la Ley de Secreto Bancario por parte del banco. Además, “ninguna cuenta fue probada en forma independiente en cuestiones de actividad sospechosa”, señala FinCEN.


8. Integrar la información


En muchos casos, los departamentos de AmSouth no se comunicaron entre ellos en forma adecuada. La información no llegaba al personal encargado de hacer cumplir la Ley de Secreto Bancario. El departamento legal, por ejemplo, no contaba con un sistema para alertar al personal de cumplimiento sobre las notificaciones de comparendo. Ni los informes de ligio, ni otros informes –que pueden indicar al banco de actividad sospechosa—llegaron al personal de cumplimiento de la Ley de Secreto Bancario o personal de seguridad corporativa.