La justicia española acusó de lavado de dinero a Benazir Bhutto, ex primera ministra de Pakistán, y a dos colaboradores tras detectar transferencias sospechosas de millones de dólares a un banco español entre 2000 y 2004.
Según las autoridades españolas, la ex mandataria pakistaní en dos legislaturas (1988-1990 y 1993-1996), habría utilizado cuatro cuentas bancarias de una entidad con sede en la provincia española de Valencia para almacenar grandes sumas de dinero, procedentes de otras cuentas alojadas en bancos extranjeros.
La jueza que instruye el caso el mes pasado congeló las cuatro cuentas bancarias, intervino dos compañías, Petroline FZC y Tempo Global Gains FZC, vinculadas a Bhutto, e incautó una propiedad en Marbella, la única pertenencia de la ex primera ministra detectada por el momento en España.
Tanto Petroline FZC como Tempo Global Gains FZC fueron registradas en la zona franca del aeropuerto internacional de Sharjah, en los Emiratos Árabes Unidos, un paraíso fiscal donde la creación de una empresa permite que todas las filiales de la compañía matriz que se creen posteriormente puedan beneficiarse de las condiciones que ofrece el paraíso fiscal, aunque las filiales se ubiquen en otros países.
En el documento de registro confirmado por fuentes judiciales de Tempo Global Gains consta que Benazir Bhutto, y sus hijos Bilawal A Zardari, Bakhtawar A Zardari y Asifa A Zardari son los socios de la empresa y Bhutto la presidenta.
Por su parte, el documento de registro de Petroline FZC señala como socios de la compañía a Bhutto, Abdul Rehman Malik (ex Director General de la Agencia Federal de Investigación de Pakistán, y considerado un estrecho colaborador de la ex primera ministra) y Hassan Ali Jafferi (sobrino de Bhutto), con un tercio de la compañía cada uno. En esta empresa, Malik figura como principal dirigente, administrador y auditor.
Empresas fachada españolas
En España, según los documentos mercantiles oficiales, Malik era responsable de la filial Petroline SRL, creada hace tres años con un capital de 3.010 euros (unos US$3.600) y sin ningún tipo de actividad comercial desde hace 24 meses.
Malik que vive en Madrid, era el enlace de Bhutto en España según la investigación. Entre otros movimientos, estableció una empresa fachada en Valencia: un concesionario de coches en el centro de la ciudad que nunca llegó a tener un local para el público.
El supuesto objetivo para el que fueron constituidas las dos compañías matrices, según figura en los documentos oficiales de registro, era comerciar con productos de la industria petroquímica y afines. Pero ninguna de las empresas creadas por Bhutto y sus socios ha llegado a tener actividad conocida, y menos aún, forma de justificar los ingresos que recibían en sus diferentes cuentas bancarias.
En abril de 2001, Petroline FZC abrió dos cuentas en la entidad española de Bancaja en la tranquila población de Ontiyent, en Valencia, escogida a propósito por los imputados, según las autoridades, para no levantar sospechas. Al poco tiempo, las cuentas comenzaron a ser utilizadas para almacenar millones de euros, provenientes de transferencias del Union Bank of Switzerland, en Zurich, y otros bancos del Reino Unido y de los Emiratos Árabes.
Posteriormente, en el año 2002, Tempo Global Gain FZC abrió otras dos cuentas en la misma entidad, a donde fue transferido todo el dinero depositado anteriormente en las cuentas de Petroline. Una de las primeras transferencias fue de 162.000 euros (casi US$200.000). La segunda ya ascendió a US$ 547.000 y la tercera a más de un millón de dólares. A estas les siguieron otras transferencias, también de cantidades elevadas. Algunas de ellas se realizaron en otras divisas, como libras esterlinas.
José Luis Covas, director de Comunicación de Bancaja dijo que la entidad se encuentra colaborando con las autoridades, y que “las comunicaciones entre las entidades y el Banco de España son confidenciales y existe una ley de secreto bancario, por la que no podemos proporcionar ninguna información de nuestros clientes. En este momento, lo único que puedo decir es que estamos colaborando en la investigación”.
En el momento de su fiscalización, las cuentas reunían en total cuatro millones de euros (casi US$5 millones). Las autoridades también han descubierto que Petroline había adquirido en la localidad española de Marbella una vivienda valorada en 500.000 euros (unos US$600.000).
Dinero sucio vendría de comisiones ilegales
Los investigadores creen que el dinero siempre perteneció a Benazir Bhutto y que ésta lo movió por diferentes países y bancos para depositarlo posteriormente en las cuentas de sus beneficiarios reales: la propia Bhutto y sus hijos. El dinero que el entramado de empresas y cuentas bancarias estaría intentando lavar correspondería a comisiones ilegales cobradas por Bhutto durante sus dos legislaturas.
En 1998 la justicia suiza ya dictaminó que dos empresas, Cotecna Inspection y SGS-Societé Generale de Surveillance, habían pagado casi US$ 12 millones en comisiones ilegales a la ex mandataria de Paquistán y a su esposo, a cambio de contratos de inspección aduanera. Los pagos fueron hechos mediante tres empresas offshore en las Islas Vírgenes entre 1995 y 1997.
La posibilidad de que el dinero intervenido proceda del cobro de comisiones ilícitas durante sus dos mandatos ha llevado al Gobierno de Pakistán a acusar como particular a la ex primera ministra y sus dos colaboradores en la causa abierta por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 3 de Ontinyent en España.
Investigación desprende de atentados
Las transacciones entre varios bancos de cantidades tan elevadas hicieron sospechar a las autoridades españolas y motivaron las demandas judiciales iniciadas contra Bhutto, Malik y Jafferi, en aplicación del código penal español (artículo 301) para el lavado de dinero, que impone por este tipo de delitos de seis meses a seis años de prisión, multa y confiscación de los activos congelados. Los investigadores tienen constancia de que Bhutto ha realizado operaciones similares a ésta en otros países.
La juez que lleva el caso cursó dos comisiones rogatorias para que se tome declaración en Londres y en los Emiratos Arabes a Bhutto y Jafferi, donde residen respectivamente. También se ha solicitado a los juzgados de Madrid la declaración de Malik.
Las autoridades españolas detectaron las transferencias de capital en el marco de las investigaciones de la financiación de los atentados del 11-M en Madrid.
Tras probarse que las transferencias no tenían nada que ver con Al-Qaeda ni con otras organizaciones terroristas y que correspondían a un aprovechamiento particular de un grupo de personas, la Audiencia Nacional y la Fiscalía Anticorrupción pasaron el caso a la Fiscalía de Valencia, que se encargó presentar la denuncia ante el juzgado competente territorialmente, el de Ontinyent, lugar donde se domiciliaban los pagos (donde estaba la sucursal de Bancaja).
Según el Tribunal Superior de Justicia de Valencia, “la investigación de este procedimiento está siendo especialmente dificultosa y ha llevado mucho tiempo averiguar el paradero y el domicilio de los tres implicados, hacer el requerimiento y estudio de la documentación bancaria y tomar declaración a los testigos. Todos estos pasos era fundamental darlos antes de confeccionar el cuestionario de las preguntas que deberán ser formuladas a los imputados a través de las comisiones rogatorias. Este cuestionario está a punto de ser enviado, a falta de que el Ministerio Fiscal señale si desea incluir alguna pregunta más tras el estudio de la ingente documentación bancaria”.
Varios juicios abiertos persiguen a Bhutto
Además de este proceso que ahora se abre contra ella en España, Bhutto tiene cuentas pendientes con la justicia de Suiza, que también le acusa de delitos relacionados con el lavado de dinero.
El pasado 18 pasado de enero, y a petición del Gobierno paquistaní, Interpol dictó un aviso internacional para la detención de Bhutto y su marido, Asif Ali Zardari, acusados de corrupción en Pakistán.
En diciembre de 2005, un tribunal anticorrupción de Pakistán declaró inocente a la ex primera ministra paquistaní y a otros cuatro responsables de su administración de los cargos de tráfico de influencias que pesaban sobre ellos desde hace ocho años, pero Bhutto aún debe enfrentarse a otras 12 acusaciones por corrupción. En diciembre de 2004, su esposo salió de la prisión paquistaní en la que había permanecido ocho años, también por cargos de corrupción.




