Durante más de 20 años, el banco Riggs trabajó para establecer relaciones y cuentas con todas las embajadas extranjeras y misiones militares en Washington, D.C. Para el año 2003, cerca del 95% de ellas operaban con el banco en esa ciudad.

Junto con esas cuentas llegaron cientos de “personas expuestas políticamente” o PEPs, incluyendo dos de los clientes más notables del banco, Augusto Pinochet de Chile y Teodoro Obiang de Guinea Ecuatorial.


Durante los últimos dos años he visto los riesgos que los PEPs representan para los bancos que no implementan políticas y procedimientos estrictos respecto de los documentos requeridos para la apertura de cuentas, la verificación del patrimonio y el monitoreo diario de la actividad de la cuenta.


Acostumbrado a lo mejor


He aprendido que los PEPs son diferentes de la mayoría de nosotros. Esperan ser recibidos con una alfombra roja y adulados.  En sus países de origen, integran la realeza o son celebridades, y esperan ser tratados como los reyes y princesas que son.


Muchos vienen de lugares donde la función pública es el camino a la riqueza.  (Por ende, ¡son corruptos!).  Algunos son “funcionarios electos” que todavía usan uniforme militar.  Otros son generales que usan trajes Armani.  Muchos vienen de países donde la idea de una elección provoca risas.  Aún así, si les dan la oportunidad, ellos darán sermones sobre “buena gobernabilidad” y “cómo funciona realmente el mundo”.


Dictadores extranjeros despóticos eligen los embajadores en Washington, D.C., el destino diplomático más ansiado en el mundo, seleccionando a los candidatos entre los integrantes de su círculo íntimo.  ¿Usted sabe cómo ese afortunado candidato logró ingresar en el círculo íntimo?  Siendo corrupto, represor y leal al dictador.


Y ahora, ese integrante de tan “privilegiado” círculo es su cliente.


Y más aún, no es ningún secreto que las embajadas a menudo sirven como centrales para los servicios de inteligencia extranjeros.  Ellos pueden esconder sus identidades, autodenominándose misiones “culturales” o “comerciales”.  Y también necesitan cuentas bancarias en Estados Unidos.


Definiendo a un PEP


Un paso inicial para manejar esa relación es determinar una definición oficial del banco sobre qué es un PEP.  El Riggs aplica la siguiente:


“Alta (señor) figura política extranjera que ocupa o ha ocupado funciones pública de jerarquía, por ejemplo, jefes de estado de un gobierno, politicos importantes, funcionarios judiciales o militares, altos ejecutivos de compañías estatales, o funcionarios importantes de partidos políticos”.


Eso incluye a los embajadores y attachés militares, cónyuges, hijos, padres, hermanos y los suegros de la PEP.


Un “asociado cercano” es una persona conocida ampliamente por tener una relación inusualmente cercana a una figura política senior.  La definición incluye a aquellos en posición de realizar importantes transacciones financieras para dichas personas.


La política de Riggs para los PEPs establece que cualquiera que haya caído bajo cualquiera de las categorías mencionadas durante los últimos tres años todavía es un PEP.


¿Qué hacer con las PEPs?


La primera decisión importante que la institución financiera debe tomar al tratar con PEPs es determinar la tolerancia de la institución a los PEPs.  Si una institución no tiene sistemas para identificar y monitorear cuentas de PEPs, tenerlas es un potencial desastre.


Las medidas para mitigar la exposición a los PEPs son caras y pueden parecer onerosas.  Los bancos deben determinar si los beneficios de operar con PEPs valen la pena los costos, especialmente al considerar que hacer negocios con PEPs generalmente lleva a un aumento del escrutinio regulatorio y a potenciales riesgos de la reputación.


Los bancos de Washington, Nueva York, Londres y otras ciudades que son hogar para muchas figuras políticas extranjeras pueden encontrar cierta dificultad en tener políticas PEP estrictas, pero son esos bancos los que requieren los programas más sólidos.


Pero aún con un programa de cumplimiento bien definido, operar con PEPs es un desafío – desde la experiencia, por supuesto.


10 componentes para disminuir los riesgos ante los PEPs.


1. Defina la PEP


2. Use un filtro para identificar PEPs


3. Emplee procedimientos para verificar la verdadera identidad, domicilios y asociados de las PEPs


4. Documente y verifique las fuentes de fondos y riqueza de la PEP


5. Aplique un procedimiento de aprobación de PEP, como un comité para la aceptación y aprobación de PEP


6. Cuente con un grupo selecto de oficiales para administrar las cuentas PEP


7. Vigile muy de cerca la actividad y transacciones de las cuentas PEPs


8. Prepare una lista de transacciones que den “señales de alarma” exclusivamente para PEPs (por ejemplo, cualquier pago de una compañía multinacional a una cuenta PEP).


9. Utilice un estricto programa de cumplimiento y examen de auditoria interna de PEP


10. Aplique procedimientos para reportar periódicamente sobre cuentas y transacciones PEP a la junta de directores


–David Caruso es vicepresidente ejecutivo de cumplimiento en el banco Riggs.  En junio de 2003 fue contratado para crear el departamento de cumplimiento, investigación y seguridad en respuesta a las acciones regulatorias y de cumplimiento iniciadas por las violaciones del banco a las leyes y regulaciones antilavado de dinero.