Por el Departamento Editorial.
Como el “más antiguo, seguro y popular procesador de pagos electrónico” se presentaba la firma Liberty Rreserve, cuya sede estaba en San José de Costa Rica. Sin embargo, las autoridades de Estados Unidos acusaron a sus propietarios de ejecutar el esquema más grande de lavado de dinero detectado hasta ahora, mediante el cual fueron legitimados US$ 6.000 millones.
“La compañía basada en Costa Rica, que opera un muy popular sistema cambiario online fuera del control de los gobiernos nacionales (…) Efectuó al menos 55 millones de transacciones ilegales para más de un millón de usuarios de todo el mundo y facilitó conductas criminales globales” entre 2006 y 2013, señaló la fiscalía.
Autoridades de 17 países participaron en la investigación que fue revelada el martes 28 de mayo, cuando la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York acusó en una corte federal a 7 individuos, congeló 45 cuentas bancarias en Costa Rica y Chipre, inutilizó varios dominios de nombres electrónicos y desactivó 35 páginas de internet involucradas en el esquema.
Lavadodinero.com presenta un trabajo especial con los detalles y los tipos de operaciones financieras ilícitas descubiertas en este caso, que aún se encuentra en los tribunales estadounidenses.
Detalles de la acusación
Los fiscales del Distrito Sur de Nueva York afirman que la empresa era el centro de operaciones financieras utilizada para la ejecución de crímenes cibernéticos, fraudes Ponzi, pornografía infantil, robo de identidad y otros delitos.
La asistente de la fiscalía, Mythili Raman, declaró que “Liberty Reserve operaba, en una gran escala, un sistema de moneda digital diseñado para proveer a los criminales cibernéticos y a otros delincuentes una forma para legitimar sus ganancias sin dejar rastro”.
En total, siete personas han sido inculpadas, entre ellas el fundador de Liberty Reserve, Arthur Budovsky, quien fue detenido en España, y su cofundador Vladimir Kats, detenido en Nueva York.
Budovsky, de 39 años y conocido también bajo los nombres de Arthur Belanchuk y Eric Paltz, ya había sido condenado en Estados Unidos en 2006 por haber intentado lanzar una operación similar de lavado de dinero a través de la empresa Gold Age. En 2011, había renunciado a su nacionalidad estadounidense y obtenido la ciudadanía costarricense “para escapar a las leyes” de Estados Unidos por el negocio que estaba desarrollando, explicó la fiscalía.
Las operaciones – Una compleja trama
“Los acusados crearon, estructuraron y operaron Liberty Reserve como un banco procesador de pagos criminales diseñado para ayudar a los usuarios a realizar transacciones ilegales anónimas y blanquear el producto de sus delitos. Surgió como uno de los principales agentes de transferencia de dinero utilizados por los cibercriminales de todo el mundo para distribuir, almacenar y blanquear el producto de su actividad ilegal”, afirmó la fiscalía estadounidense en su pliego acusatorio.
Para poder realizar operaciones de pago, los clientes tenían que registrarse en el portal de la empresa. “A diferencia de los bancos tradicionales o procesadores en línea legítimos, Liberty Reserve no exigía a los usuarios validar su identidad. Los usuarios establecían rutinariamente cuentas con nombres falsos, incluidos nombres abiertamente delictivos como Hackers Rusos y Cuenta de Hacker”,indicó la acusación. Como parte de la investigación, un agente de la policía abrió y ejecutó transacciones a través de una cuenta secreta que abrió con el nombre de “Joe Bogus” (equivalente a “Juan Nadie”) y la dirección “123 Fake Main Street, Completely Made Up City, New York (123 Calle Principal Falsa, Ciudad Completamente Montada, New York).
Los usuarios podían hacer transferencias de dinero, por las que pagaban un 1% por del monto de la operación. Los usuarios podían recibir transferencias desde las cuentas de otros usuarios registrados y podían transferir desde su propia cuenta a los demás miembros, incluidos los “negocios” que aceptaban pagos hechos desde cuentas de Liberty Reserve.
Adicionalmente, por el pago de US$ 0,75 la empresa prestaba el servicio de ocultar el número de cuenta del usuario, “convirtiendo a la operación ilocalizable, incluso dentro del mismo sistema ya opaco de Liberty Reserve”.
Para agregar un nivel mayor de anonimato, la empresa no permitía la recarga de cuentas con dinero transferido desde tarjetas de crédito u otras vías bancarizadas. Los usuarios tampoco podían retirar dinero de sus cuentas de forma directa, ya que todos los depósitos y retiros tenían que ser procesados a través de una amplia red de 35 “Cambiadores Autorizados”, empresas que funcionaban como intermediarios entre los usuarios y Liberty Reserve para evitar que quedara rastro de sus clientes en el sistema financiero.
Según explicaron los investigadores, estos “cambiadores” -4 de los cuales pertenecían a los mismos acusados- operaban ilegalmente como “negocios de servicios monetarios en países con poca regulación y vigilancia antilavado de dinero, como Malasia, Rusia, Nigeria y Vietnam”. Estas empresas cobraban elevadas comisiones por cada operación.
La empresa ofrecía un “carrito de compras” electrónico para todos aquellos comerciantes que quisieran aceptar su sistema de pago para sus ventas electrónicas. Los “vendedores” que aceptaron “los pagos de Liberty Reserve eran mayoritariamente de naturaleza criminal. Entre ellos había traficantes de datos robados de tarjetas de crédito e información de identidad personal, vendedores de diversos tipos de esquemas Ponzi en línea y de planes para hacerse rico rápidamente; también piratas informáticos, empresas ilegales de juegos de azar y traficantes de drogas”.
Adicionalmente, la empresa era utilizada por grupos del crimen organizado para la distribución del dinero obtenido ilícitamente entre los miembros de la red criminal. Esto era conocido por los dueños de la empresa, de hecho los investigadores intervinieron una conversación electrónica (chat) de Vladimir Kats, quien afirmaba que “todo el mundo en USA”, como el Departamento de Justicia sabe que “Liberty Reserve es una operación de lavado de dinero que los hackers usan”.
Como respuesta a una solicitud de las autoridades estadounidenses, sus contrapartes de Costa Rica iniciaron acciones contra la empresa en el año 2011, cuando confiscaron US$ 11.5 millones. A partir de esa fecha, la empresa cerró sus operaciones oficialmente ante las autoridades ticas al enterarse que estaban siendo investigados. Sin embargo, Liberty Reserve continuó funcionando ilegalmente, para lo cual movilizó decenas de millones de dólares a través de una serie de shell companies y cuentas bancarias en Marruecos, China, Australia, Rusia, España y las jurisdicciones de “secretismo” Chipre y Hong Kong.
En una acción coordinada con el Departamento de Justicia, la Red de Control de Crímenes Financieros (FinCEN por sus iniciales en inglés) designó a Liberty Reserve como una “preocupación mayor de lavado de dinero”, bajo la sección 311 de la Ley USA PATRIOT. De esta forma, la banca estadounidense tiene prohibido mantener cualquier cuenta corresponsal o de pago con entidades extranjeras que estén procesando transacciones relacionadas a Liberty Reserve.
“La acción global que anunciamos hoy (contra Liberty Reserve) es un avance importante contra el ‘Lejano Oeste’ de la banca electrónica ilegal. Mientras que el crimen se va globalizando, el largo brazo de la ley se va agrandando y, en este caso, rodeo al globo terráqueo”, declaró la fiscal del Distrito Sur de New York, Preet Bharara.
Los bancos involucrados
En la acusación la fiscalía estadounidense señaló a los siguientes bancos como parte de la red financiera utilizada por la empresa:
– Banco de Crédito Agrícola de Cartago (Costa Rica)
– Hellenic Bank (Chipre)
– Banco Nacional de Grecia
– Sovetsky Bank Zao (Rusia)
– Banco de Comunicaciones (China)
– Attijariwafa Bank (Marruecos)
– Westpac Bank (Australia)
– Barclay Bank (Reino Unido)
– Otras ocho instituciones financieras




