1. Solicite apoyo gerencial: Incluso un programa estricto de cumplimiento antilavado puede fracasar si no es apoyado por la alta gerencia de la institución. En el caso Riggs, los reguladores dijeron que la administración del banco “no fue efectiva” en la supervisión de su cumplimiento con la Ley de Secreto Bancario y las restantes regulaciones. Varios oficiales de cumplimiento dijeron a Lavadodinero.com que un fuerte apoyo gerencial es necesario para evitar problemas como los presentados en Riggs. Si los funcionarios bancarios apartan su mirada de las leyes y regulaciones, los funcionarios de cumplimiento capacitados deberían levantar su voz.
2. Conozca sus IASs: Sea que haya sido con ceguera voluntaria o incompetencia involuntaria, Riggs consideró algunos campos de información en los informes de actividad sospechosa como si tal información fuera opcional. En algunos IASs referidos a operaciones estructuradas, los funcionarios no incluyeron el monto total de la supuesta operación estructurada, así como también información específica sobre el tipo, fecha, y cantidad de actividad observada en cada cuenta. FinCEN ha publicado una guía para informar IAS.
3. Diligencia debida pobre: Los reguladores federales dijeron que el programa de diligencia debida sobre el cliente era débil. Falló en reunir información en la apertura de cuentas y en la actividad de clientes, y falló en la identificación de varias cuentas asociadas con dos gobiernos extranjeros. ¿Se molestó Riggs en utilizar herramientas comunes disponibles en Internet para verificar a sus clientes? Lavadodinero.com pronto subirá a la red un resumen de herramientas de Internet como searchsystems.net, y que brinda un portal de bases de datos de información en línea.
4. Corrija sus errores: Riggs tenía un sistema de prueba de cumplimiento de la Ley de Secreto Bancario “inadecuado”. Los reguladores dijeron que las auditorías del banco no revisaron todas las áreas que era necesario, que tenían flancos, y no descubrieron la seriedad de las fallas en el cumplimiento con la Ley de Secreto Bancario. Si Riggs hubiera tenido un sistema de auditoria efectivo en vigencia, podría haber detectado sus propias debilidades y haber hecho algo para corregirlas antes de que llegaran los reguladores y golpearan la puerta.
5. Detecte PEPs: Riggs tenía muchos clientes que eran “líderes políticos extranjeros” y diplomáticos que podrían haber sido identificados utilizando una simple herramienta informática como Google. Ellos también podrían haber sido descubiertos en la lista de la Agencia Central de Inteligencia “Jefes de Estado y Miembros de Gabinetes de Gobiernos Extranjeros”, la que es actualizada semanalmente.
6. Obtenga ayuda: Algunas “personas políticamente expuestas”, o PEPs, son más difíciles de hallar, y varias instituciones financieras recurren a proveedores particulares que ofrecen bases de datos de PEPs y programas que analizan y filtran los nombres.
7. Ruta de escape: Si usted no puede corregirlo, salga. Mientras que ningún banco de EE.UU. ha sido acusado de lavado de dinero en 13 años, los hechos en el caso Riggs presentan a los fiscales de EE.UU. mirando los hechos con más detalle. Un gran jurado federal en Washington, D.C., está investigando al banco y sus funcionarios por posibles violaciones penales de la ley sobre lavado de dinero, y puede apostar que algunos funcionarios bancarios deben estar deseando haberse ido antes de ser invitados a la sala del gran jurado o de la corte. Marcela Carasa, funcionaria de cumplimiento del Bank of America, aconseja a los ejecutivos que si no pueden solucionar el problema de cumplimiento, y la gerencia no responde, entonces “vaya a Monster y busque otro trabajo”. Otra fuente de trabajos – específica para el área antilavado- es mantenida por la Asociación de Especialistas Certificados en Antilavado de Dinero (ACAMS), www.acams.org.




