Por el Departamento Editorial.
Las enormes pérdidas que han sufrido en los últimos tres años numerosas empresas en todo el mundo debido al fraude cibernético conocido como “phishing”, han motivado a que algunas entidades financieras implementen nuevos procesos de control asociados a las transferencias internacionales.
Siguiendo las recomendaciones de los especialistas en riesgos y fraude, algunos bancos están adelantando un proceso de verificación de las transferencias cablegráficas internacionales antes de procesar el pago de los fondos, especialmente cuando son órdenes recibidas por correos electrónicas y otras vías impersonales.
Esta medida busca reducir las enormes pérdidas por “phishing” registradas entre octubre de 2013 y mayo de 2016, que según el Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI, su sigla en inglés) superaron los US$ 1.000 millones de dólares, afectando solo en Estados Unidos a más de 14.000 empresas.
Las empresas -entre las que se cuentan bancos, corporaciones y firmas de tecnología- también pueden mitigar el riesgo de fraude de correo electrónico al exigir la autenticación de dos factores, que requiere que los emisores ingresen un código único enviado a su teléfono móvil para acceder a su cuenta.
Un caso relevante de este tipo de fraude ocurrió en diciembre de 2014, cuando la remesadora trasnacional Xoom Corp. reportó una pérdida de US$ 30.4 millones por un fraude a través de órdenes de transferencias recibidas por correos electrónicos fraudulentos.




