El Banco Central de Chipre anunció este viernes la flexibilización de los controles sobre las transacciones de dinero comerciales hacia el exterior, lo que pudiera generar un gran flujo de operaciones de “alto riesgo” para los bancos extranjeros receptores.
Mediante un nuevo decreto de fecha 12 de abril, el Banco Central aumentó a 20.000 euros diarios el tope de las transferencias comerciales que pueden realizar las empresas sin previa autorización para realizar pagos. En caso de que las transferencias sean entre 20.000 y 300.000 euros, las compañías deberán solicitar autorización de la entidad gubernamental. En el caso de las operaciones de pago mediante tarjeta de crédito, el tope mensual autorizado por persona es de 5.000 euros.
Este aumento pudiera generar un gran número de operaciones cablegráficas hacia bancos ubicados en el extranjero, muchas de las cuales pudieran estar relacionadas a capitales de procedencia ilícita, según advirtió el comisionado de la Unión Europea, Michel Barnier, el 28 de marzo.
“El sector financiero y no financiero debe mantenerse vigilante durante los próximos días por el enorme flujo de dinero y el incremento de los movimientos de activos originados desde Chipre”, indicó Barnier en un comunicado público, en el que advirtió que desde el inicio de la crisis financiera en la isla mediterránea, se han producido muchas transacciones sospechosas.
Es importante destacar que como parte de las exigencias hechas por la eurozona para la ayuda financiera a Chipre, el Comité de Expertos en la Evaluación de Medidas en Contra del Lavado de Dinero y el Financiamiento del Terrorismo del Consejo de Europa (Moneyval) debe ejecutar una evaluación de la estructura, el marco regulatorio y los controles antilavado de dinero de Chipre. Conjuntamente con una firma auditora internacional, los técnicos revisarán los procesos de debida diligencia sobre los clientes aplicados por el sector bancario.
Riesgosos capitales rusos
Según las estimaciones de las autoridades europeas difundidas por la BBC de Londres a mediados de marzo, el dinero que inversionistas rusos mantienen en cuentas bancarias chipriotas asciende a US$20.000 millones.
“Hay muchos rusos en Chipre porque a ellos nunca les hicieron muchas preguntas sobre el origen de su dinero. Otros países son más cautelosos”, aseguró a la BBC el director de la filial en Moscú de la empresa consultora Tax Consulting UK, Edward Savulyak.
Por su parte, un oficial de cumplimiento de un banco europeo con operaciones globales, quien pidió mantener su nombre en reserva, indicó que ha instruido a su personal de algunos países mantenerse vigilante por las operaciones que surjan de Chipre. “En el caso de Latinoamérica me preocupa Bolivia, porque es bien conocido que grupos de inversionistas rusos de dudosa reputación mantienen una estructura comercial muy activa en esa nación suramericana”.
Esta relación de capitales rusos con Bolivia no es nueva. Ya en el año 2009, el diario The Miami Herald citaba a Héctor Cornejo, fiscal del distrito de Santa Cruz: “Básicamente Santa Cruz se ha convertido en una pequeña Las Vegas, donde está llegando capital foráneo -principalmente de Rusia y Brasil- de las mafias y de otras personas ligadas a actividades de lavado de dinero (…) Todo está relacionado: tráfico de armas, lavado de dinero, casinos, tráfico humano, prostitución, fraude y mafias organizadas”.
Los bancos de Chipre han sido cuestionados durante años por la posibilidad de que hayan sido usados por extranjeros para lavar su dinero, especialmente proveniente de grupos del crimen organizado y de funcionarios público de Rusia. El año pasado, la revista alemana Der Spiegel publicó un artículo en el que se aseguraba que el servicio alemán de inteligencia creía que mucho del dinero ruso en bancos chipriotas había sido adquirido ilegalmente. Las autoridades de la isla rechazaron el artículo y lo calificaron como un “intento para ensuciar la reputación del país”.
Medidas de la banca internacional
Los riesgos relacionados a la crisis de los bancos chipriotas, así como a los dudosos capitales que manejan, ha motivado una reacción de muchos bancos internacionales, que han aumentado el nivel de riesgo geográfico de los clientes, transacciones e instituciones financieras de la jurisdicción mediterránea.
Varias instituciones bancarias estadounidenses han estado revisando las relaciones de corresponsalías que mantienen con instituciones chipriotas, incluso algunas han decidido cortar todas sus relaciones comerciales.
“Chipre se ha convertido en [una jurisdicción] muy riesgosa”, informó un oficial de cumplimiento que ha detectado patrones sospechosos de transacciones relacionadas a individuos rusos y compañías pantalla.
Mantener relaciones bancarias con Chipre significa un aumento de los costos operativos, así como de la administración de los riesgos asociados. “Debemos mantenernos muy vigilantes de las transacciones y mantener un contacto continuo con el personal de cumplimiento de las entidades chipriotas para estar seguros de que cada transacción hacia el exterior tiene una justificación legal”, afirmó un oficial de cumplimiento de un banco en Miami.




