La congresista republicana estadounidense Ileana Ros-Lehtinen acusó a UBS, el mayor banco suizo y una de las mayores instituciones financieras del mundo, de lavar dinero para Fidel Castro.

Ros-Lehtinen y otros miembros del Subcomité de Supervisión e Investigación de la Cámara de Representantes de EE.UU. señalaron que UBS lavó US$3.000 millones para el gobierno cubano entre 1996 y 2003. El subcomité inició una investigación y mantuvo una audiencia el 29 de marzo para explorar los cargos.


“El dinero de Castro provino, por lo menos en parte, de transferencias ilegales, de ECI  [Extended Custodial Inventory]”, Ros-Lehtinen señaló a Lavadodinero.com. El programa ECI permite a ciertos bancos conservar dinero en efectivo en sus bóvedas de seguridad para que la Reserva Federal lo distribuya a mercados en el extranjero.


Dijo que el comité estima que el banco llevó a cabo esas actividades ilegales “para proteger otros negocios que pudieron haber tenido, por lo menos con Irán, para proveer cartas de créditos y préstamos”.


UBS pagó US$100 millones a la Red de Control de Crímenes Financieros de EE.UU. (FinCEN por sus siglas en inglés) en mayo de 2004 por llevar a cabo transacciones ilegales ECI con Cuba, Libia, Irán y Yugoslavia. En ese momento, el banco realizó las transacciones a nombre de la Reserva Federal de Nueva York, y violó un contrato con la organización que prohíbe a UBS negociar o comercializar con países sancionados. Como consecuencia, UBS despidió a varios empleados y terminó el negocio ECI.


Christine Walton, portavoz de UBS, dijo que el banco no sabe de ninguna investigación oficial relacionada con transacciones con Cuba.


Sin embargo, ejecutivos de UBS señalaron al subcomité que el banco mejoró su programa de cumplimiento desde que se pagó la multa.


“El año pasado, adoptamos una política mundial de sanciones económicas sin parangón”, dijo al subcomité Michael Herde, director de cumplimiento de UBS para América. “La política combina las medidas de EE.UU., Unión Europea y Suiza contra ciertos países, regímenes, terroristas, y otros, que deben ser aplicadas mundialmente a todos nuestros negocios”.


Ros-Lehtinen dijo que la reacción de UBS a las preguntas durante la audiencia fue de incredulidad.


“Nuestra respuesta es que tenemos muchas preguntas que deben ser respondidas, y hasta la audiencia, no estábamos obteniendo respuestas. En la audiencia misma, el testigo de UBS fue evasivo y ni siquiera sabía que las acciones por las cuales fueron multados eran ilegales”.

Aprendiendo de otros


Un mes después de la multa de UBS, una audiencia del subcomité conectó la “mala conducta” de UBS con las fallas históricas de cumplimiento de otro banco: Riggs.


La audiencia se llamó “Administración de Riesgo y Fallas Regulatorias en Riggs Bank y UBS: Lecciones Aprendidas”.


En la audiencia, el presidente del directorio Michael G. Oxley dijo que ambos bancos operaron con similitudes. La principal falencia en Riggs fue la falta de presentación de informes de actividad sospechosa para personas expuestas políticamente (PEPs) y contar con débiles controles internos para identificar el riesgo, por lo que el banco tuvo que pagar una multa civil de US$25 millones.


Al mismo momento, el subcomité dijo que el problema de UBS fue realizar negocios con países sancionados. Pero el tema central que conecta a ambos bancos es que realizaron transacciones con países de alto riesgo, ignoraron el riesgo, y escondieron los hechos de las autoridades.


En la más reciente audiencia en marzo, Herde dio a conocer las medidas tomadas por la institución para reforzar su vigilancia de potenciales actividades de lavado de dinero, al mismo tiempo que intenta crear una “cultura de cumplimiento” con los empleados, y hacer que el monitoreo y la implementación de tecnologías tengan un mayor papel en la detección del lavado de dinero.