Con una amplia gama de expositores y temas de gran actualidad sobre las últimas tendencias de la prevención del lavado de activos, la Asociación de Bancos del Perú (ASBANC) organizó el VI Congreso Internacional de Prevención del Lavado de Activos y del Financiamiento del Terrorismo, actividad que se desarrolló durante 3 días en el Hotel Westin de Lima.
Cerca de 300 participantes de toda la región tuvieron la oportunidad de revisar y analizar exigencias regulatorias para enfrentar con éxito los riesgos que el lavado de dinero significa para los sistemas económicos de los países, con la presencia de reconocidos conferencistas nacionales e internacionales de prestigiosas entidades encargadas de prevenir y combatir delitos financieros relacionados al lavado de activos.
Esta iniciativa de adiestramiento de la ASBANC se orientó principalmente a fortalecer los conocimientos de los oficiales de cumplimiento y a analizar ciertos esquemas de lavado de dinero, para que los participantes obtuvieran una visión más amplia de cómo el crimen organizado diversifica su acción a la par de los nuevos controles.
El encuentro fue inaugurado por el Superintendente de Banca, Seguros y AFP de Perú (SBS), Daniel Schydlowsky y el presidente de la Asociación de Bancos del Perú (Asbanc), Oscar Rivera.
El secretario general de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban), Georgio Trettenero aseguró en su intervención, que si en esta región no se aplican fuertes muros de contención al lavado de dinero, las economías estarán en grave peligro.
Aseguró que el 80 % del dinero procedente del lavado de dinero está en Norteamérica y apeló a cifras que indican que el lavado de activos alcanza a unos US$ 320 mil millones de dólares en el mundo, de los cuales US$ 150 mil millones son en América Latina.
Rivera puso en primer plano que la celebración de este congreso en Perú demuestra la preocupación que hay en esa nación suramericana en la prevención del lavado de activos y del terrorismo, Schydlowsky señaló que América Latina ha hecho esfuerzos en los últimos años por ser un “continente confiable”, pero lo desafíos son cada vez más grandes.





