¿Quién era responsable de notar que el mayor casino de Las Vegas -y uno de los más ricos- de repente dejó de cumplir con una de las más importantes regulaciones antilavado? Rápidamente podemos decir que nueve empleados, seis auditores internos, los contadores del casino, la Red de Control de Crímenes Financieros (FinCEN por sus iniciales en inglés) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, el Servicio de Rentas Internas de EE.UU. y la Comisión de Juegos de Nevada. Ninguno de ellos notó que entre el 2002 y el 2003 el Hotel & Casino The Mirage dejó de presentar un promedio de 800 RTEs al mes, relacionados a la compra de fichas hechas en efectivo por los jugadores.
Irónicamente los informes aguardaban a ser enviados por correo en unas 20 cajas bajo el escritorio del empleado, Chris Morishitas, encargado de cumplir con la Regulación 6A* de la Comisión de Juegos de Nevada cual estipulaba el requerimiento de reportar operaciones en efectivo y las obligaciones antilavado de dinero para los casinos del estado de Nevada.
Lo que pasó
Según un informe obtenido por Lavadodinero.com cuando reseñó esta noticia (12 de febrero de 2004), el empleado de cumplimiento ALD de The Mirage, Chris Morishita, se justificó diciendo que “simplemente fue demasiado” y “se quebró” bajo la presión del creciente número de bolsas llenas de formularios que estaba supuesto a revisar antes de enviarlos al centro informático de FinCEN.
Durante 18 meses estos RTEs fueron acumulándose hasta completar la astronómica cantidad de 14.900. Para ese entonces, los reguladores estatales de Nevada auditaban a los casinos cada dos o tres años. Cuando la siguiente auditoría del estado estaba por llevarse a cabo en diciembre de 2002, empleados de The Mirage comenzaron a recolectar información para los auditores y se dieron cuenta de que Morishita, quien recientemente había renunciado, había dejado una enorme masa de informes sin revisar ni enviar.
Sesenta empleados de The Mirage comenzaron a trabajar todo el día durante una semana para poder entregar los reportes (Form 103-N) a FinCEN antes de la auditoría estatal. Sin embargo, Comisión de Juegos de Nevada inició una investigación en febrero de 2003, que contempló interrogatorios a 20 ejecutivos de la empresa de juegos, incluyendo el director ejecutivo, Bobby Baldwin, y a gerentes financieros.
Durante el período en que no se presentaron los RTEs se realizaron 6 auditorías internas que no detectaron la falla. Los procedimientos de auditoría incluían la elección de días al azar para inspeccionar los registros para verificar el cumplimiento de los requisitos de reportaje, incluyendo los RTEs. Los investigadores concluyeron que Morishita –quien no estaba encubriendo a la gerencia ni a los clientes- mintió a los expertos, pero los encargados de las auditorías fallaron al no verificar si FinCEN estaba recibiendo los informes.
Como resultado del proceso, nueve empleados perdieron sus trabajos y The Mirage, que es propiedad de MGM Grand Inc., fue multado con us$5 millones por el estado de Nevada, la mayor multa impuesta hasta esa fecha por una violación de la Regulación 6A de Nevada.
Morishita fue la primera persona en ser procesada bajo la Regulación 6A y recibió una sentencia de tres años de libertad condicional, una multa de us$1.000 y la prohibición de trabajar nuevamente en el sector de los casinos. Fue el único empleado de Mirage que fue encontrado culpable de algún delito.
Falla de los reguladores
En 1997, FinCEN comenzó a obligar a los casinos de Nevada a enviar RTEs al centro informático del Servicio de Rentas Internas ubicado en Detroit, conocido como Currency Banking and Retrieval System (CBRS). Hasta entonces, los auditores de Nevada procesaban los informes antes de enviarlos a FinCEN. Los expertos estatales se justificaron alegando que no detectaron la falta porque ahora ellos no recibían los RTEs.
El auditor jefe de Nevada, Gregory Gale, afirmó que “Si The Mirage no hubiera presentado los reportes, nos hubiéramos enterado [en Nevada]” al hacer la siguiente inspección del casino, porque durante las auditorías, los funcionarios estatales se conectaban a la base de datos de Detroit y verificaban que los sujetos obligados hubiesen presentado los reportes exigidos por la ley.
Para aquel entonces, la vocero de FinCEN, Sheri James, afirmó que la unidad antilavado estadounidense no contaba con la tecnología para detectar irregularidades, tales como una caída radical en las presentaciones de informes.
Keith Copher, jefe de cumplimiento de la Comisión de Juegos de Nevada, dijo que casi todos los casinos procedieron a actualizar los procedimientos internos para evitar fallas en el proceso de presentación de reportes. “Esa es la discusión en toda la industria, asegurémonos de no caer víctimas de la misma situación”, declaró a Lavadodinero.com.
A raíz de este caso, los funcionarios de Nevada comenzaron a investigar el cumplimiento en el reportaje en otros casinos. También en febrero de 2003, la empresa Park Place Entertainment fue multada con US$75.000 por no presentar dos informes en 2001 y 2002. Cerca 150.000 informes fueron presentados por los casinos de Nevada en 2003.
*La Regulación 6A estuvo vigente hasta el 30 de junio de 2007.




