Fernando Martínez

La justicia argentina procesa a ex directivos (argentinos y franceses) y clientes del banco galo BNP Paribas por “lavado de activos” involucrados – según la fiscalía- en toda una sub trama de arquitectura financiera desplegada “para captar y fugar al exterior el dinero no declarado de los clientes, entre los que figuraban empresarios, sindicalistas y hasta un juez”, específicó el portal fiscales.gob.ar.

La operación que sumaría US$ 1.000 millones, se habría realizado a través de maniobras de lavado de activos y evasión fiscal a través de una oficina que la entidad financiera mantenía en Buenos Aires, bajo la denominación “Clientela Privada Internacional”.

Detrás de la acción judicial se confiscaron bienes por el orden de los US$ 750 millones, un monto sin precedentes en este tipo de casos.

 “Quebrantaron deliberadamente las obligaciones relativas a la identificación del cliente inmediato, los deberes de diligencia frente a transacciones inusuales o carentes de sentido económico aparente, el reporte voluntario de tales operaciones y la conservación de la información sobre las transacciones, sino que se diseñó una compleja arquitectura financiera, que tenía por objeto borrar el rastro de la ruta del dinero no declarado”, indicó Osvaldo Rappa, el titular del Juzgado que lleva el caso.

  La metodología

Los supuestos implicados que venían operando desde 2001 y 2008, – según el expediente de 1000 folios – crearon una “cueva financiera”, la cual tenía como propósito facilitar a cientos de clientes evadir dinero del país y radicarlo en paraísos fiscales.

El dinero era destinado a cuentas en Curazao, Luxemburgo o Suiza, según fuentes judiciales citadas por la prensa argentina.

Trascendió en fuentes periodísticas que la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos recordó que la entidad financiera incluso contaba con un manual de uso interno para sus empleados denominado “Productos Off-shore”. Describía al “cliente off shore” como la persona física o jurídica que no desea declarar sus bienes.

BNP-Paribas es el más importante banco francés y uno de los más representativos de Europa. En el 2014 accedió a pagar US$ 8.834 millones por la presunta violación por parte de la entidad del régimen de sanciones internacionales impuesto por Estados Unidos, reportó la Fiscalía de Nueva York.

El banco sancionado violó -a través de su filial Suiza- el bloqueo decretado por Estados Unidos para que entidades con licencia para operar en ese país, hagan negocios con Cuba, Iraq y Sudán.

   Antecedentes

En enero de 2015, por incumplir normas sobre prevención de lavado de dinero la Superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias del Banco Central (SEFyC) de Argentina aplicó una multa al HSBC Bank en ese país suramericano. Por este caso el presidente y el vicepresidente de esta entidad financiera de capital británico, también fueron sancionados.

Tanto el banco como las personas físicas implicadas, recibieron el peso de las sanciones económicas, que de acuerdo a versiones de medios argentinos fue aplicada así: HSBC fue multado por el regulador argentino con US$ 4 millones 883 mil, mientras que lo impuesto al presidente del banco, Gabriel Martino y al vicepresidente, Miguel Estévez asciende a US$ 872 mil y US$ 976 mil, respectivamente.

Esta sanción es aplicada como consecuencia de una investigación que se inició desde principios de 2013 en donde la entidad estaba siendo vinculada con supuestas acciones fraudulentas, donde se habría ocultado a los verdaderos responsables de las acreditaciones bancarias, impidiendo al ente recaudador efectuar los controles sobre sus movimientos de dinero.