Un grupo de 90 ciudadanos estadounidenses, israelíes y canadienses demandaron al American Express Bank y al Banco Libanés-Canadiense por US$650 millones, alegando que las instituciones brindaron servicios financieros al grupo terrorista Hizbollah, que se encuentra incluido en la lista negra de organizaciones terroristas.

El proceso se inició e 11 de julio ante la Suprema Corte de Nueva York. Los demandantes alegan que los bancos proveyeron servicios de transferencia a Hizbollah  por varios millones de dólares a comienzos de 2004. Las transferencias ayudaron a enviar fondos para ataques terroristas con cohetes dirigidos a Israel en julio y agosto de 2006, según indicó el grupo demandante formado por sobrevivientes de los ataques y los herederos de aquellos que murieron en los mismos.


Susan Atran, vocera del American Express Bank, informó que el banco todavía no había sido notificado de la demanda, agregando que la institución estaba “comprometida firmemente a asegurar que las operaciones de nuestro banco no son utilizadas con fines impropios”.


Los llamados realizados a la oficina de Montreal del Banco Libanés-Canadiense no fueron respondidos al momento de cierre de este artículo.


El caso canadiense


La demanda es similar a otra presentada en Canadá por cuatro ciudadanos contra la sucursal de Montreal del Banco Libanés-Canadiense. Esa demanda, por US$6,1 millones, está dirigida solamente contra el Banco Libanés por los supuestos servicios prestados a Hizbollah. Los cuatro demandantes también son parte en un juicio que se realiza en EE.UU.


El Banco Libanés-Canadiense también tiene cuentas corresponsales en Estados Unidos con el Bank of New York Mellon, Wachovia Bank, Mashreq Bank y el JPMorgan Chase.


La firma de abogados Shurat Hadin, de Israel, presentó la demanda en Canadá y además inició otras demandas contra el Arab Bank, Credit Lyonnais, National Westminster y el UBS por haber supuestamente provisto servicios a grupos terroristas. Los bancos han negado cualquier acto indebido y todos los casos están pendientes de resolución.


American Express Bank ha estado vinculado a problemas de cumplimiento durante el año pasado, incluida una sanción de US$65 millones aplicada por los reguladores financieros de EE.UU., quienes alegaron que la compañía había permitido que fondos procedentes del tráfico de drogas fueran transferidos a través de su unidad en Miami. Esa sanción, la más alta aplicada a una institución financiera estadounidense por violaciones antilavado de dinero, se suma a la aplicada en 1994 por US$35,2 millones por tener depósitos en sus cuentas de fondos procedentes del tráfico de drogas en Colombia y México.


En septiembre de 2007, American Express acordó vender el American Express Bank al banco británico Standard Chartered. La venta fue completada en marzo por US$1.100 millones.