Por la redacción de Lavadodinero.com
Después de sólo ocho meses en el cargo, Robert Werner renunció la semana pasada a su puesto en la Red de Control de Crímenes Financieros del Departamento del Tesoro de EE.UU (por sus siglas en inglés, FinCEN) para asumir como director gerencial y líder del Grupo de Control Financiero y Monetario y del Grupo de Cumplimiento Bancario de Merrill Lynch.
Integrantes del Departamento del Tesoro dijeron que la institución financiera trató de convencer a Werner durante algún tiempo y le hizo más de una oferta. Eventualmente, la compañía se acercó a él con una propuesta que el padre de tres hijos no pudo rechazar.
Werner continuará en FinCEN hasta fin de año, con limitaciones sobre su participación en acciones que podrían afectar a su futuro empleador, dijo un vocero de la agencia. El Subdirector William Baity estará a cargo de la dirección cuando deje el cargo y podría culminar los procesos y acciones si Werner se excusa. Ni Baity ni Werner hicieron comentarios.
Werner es el último funcionario del Departamento del Tesoro en abandonar el departamento por un puesto más lucrativo en el sector privado – una tendencia que da lugar a preguntas acerca de la habilidad de gobierno estadounidense para retener personal calificado y talentoso.
Su renuncia es un signo de que “el gobierno es víctima de su propio éxito”, dijo Connie Fenchel, una consultora ALD y ex asistente del director de FinCEN, porque ha “promulgado tantas regulaciones” que el sector privado quiere a cualquiera con ese nivel de aptitud.
“Hay tan pocos funcionarios senior con experiencia en la industria que no sorprende que la industria siga buscando a estos individuos”, dijo Fenchel. “Es una situación de oferta y demanda”.
El vocero de Merrill Lynch Mark Herr estuvo de acuerdo. Él dijo que la compañía, que figura en la lista de las 500 compañías de Fortune, que tiene operaciones en 37 países y activos por US$1, 5 trillones, eligió a Werner porque “tenía mucha experiencia gubernamental, lo que es extremadamente importante para esas compañías que buscan cumplir con los esquemas regulatorios”.
Corta estadía
Werner dejó el puesto jerárquico que tenía a la cabeza de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro para encabezar FinCEN en marzo después de que el anterior director William Fox, quien estuvo dos años en el cargo, dejara la agencia por un trabajo en Bank of America. Pero él no tuvo tiempo de lograr todos sus objetivos.
Werner inmediatamente hizo progresos para mejorar la reputación de la agencia frente a las agencias de control legal cuando FinCEN – el que según muchos había estado más en sintonía con las necesidades de la comunidad bancaria bajo Fox – retiró su apoyo a la ley sobre alivio regulatorio que estaba pendiente en el Congreso, que hubiera ampliado las excepciones a los reportes de transacciones de clientes.
Unos pocos meses después, Werner decretó la muerte del BSA Direct, de un valor de US$14 millones, una base de datos computarizada que se suponía iba a estar “operativa” para julio de 2002. El Servicio de Rentas Internas (por sus siglas en inglés, IRS) actualmente mantiene esa información en su Centro Computarizado en Detroit.
Él también prometió al Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes de EE.UU. que crearía formas de garantizar la transparencia en la industria de los negocios de servicios monetarios (NSM) luego de que los bancos comenzaran a terminar sus negocios con los NSMs porque la guía del Departamento del Tesoro los había alertado acerca de que operar bancariamente con esos negocios de “alto riesgo”. Hasta ahora, no ha mejorado el problema de la industria NSM.
“Creemos que hizo un valiente esfuerzo en tratar de encontrar un equilibro entre el beneficio regulatorio y los temas de interés de la comunidad de negocios”, dijo Richard Riese, director del Centro de Cumplimiento Regulatorio de la Asociación de Banqueros Estadounidenses (por sus siglas en inglés, ABA). “Esperamos que la administración pueda encontrar a alguien que pueda merecer el respeto tanto de la banca como de las autoridades de control legal en este cargo”.
Para hacer eso, el Departamento del Tesoro debería buscar candidatos que estén cerca de terminar sus carreras, momento en que el dinero ya no es un factor motivante, dijo Ross Delston, consultor y fundador de GlobalAML.com. El Secretario del Departamento del Tesoro, Henry Paulson, 60, ex presidnete y ejecutivo jefe de Goldman Sachs, es un buen ejemplo.
Puerta giratoria
Ha habido una seguidilla de salidas del FinCEN en los últimos dos años, en que funcionarios gubernamentales dejan sus puestos de baja remuneración por salarios astronómicos en el sector privado.
William D. Langford, Jr., director asociado de política y programas, abandonó su puesto en el gobierno a fines de abril de 2005 por un elevado cargo en el sector privado como vicepresidente senior y director global antilavado de dinero del JP Morgan Chase & Co. en Nueva York.
Luego, a fines de agosto, este año, Brian Ferrell, renunció como asesor legal jefe después de haber estado solo un año, para convertirse en vicepresidente agregado y asesor legal general agregado de The Hartford Financial Services Group, Inc.
“Ha habido muchos cambios, pero todavía hay mucha gente experimentada de política de nivel medio que participaron activamente en la elaboración de procedimientos del examen”, dijo Riese. “Todavía quedan temas de política pendientes al nivel más alto a los que hemos estado mirando para buscar guías desde hace algún tiempo, como los negocios de servicios monetarios y el uso compartido de información IAS entre afiliadas. Esos temas probablemente se verán demorados”.
Delston está de acuerdo. “Considero desafortunado que FinCEN haya sufrido ese grado tan alto de rotación en todos los niveles. Ellos también han padecido situaciones de contar con poco personal y recursos financieros”, dijo. “Cada director de FinCEN llega con nuevas prioridades y una línea de aprendizaje, no importa qué tan experimentada sea esa persona. La rotación al nivel máximo puede ascender a la gente de que otra forma se quedaría para repensar los objetivos de sus propias carreras”.
A pesar de esas prioridades cambiantes, Fenchel dijo que ella no cree que los cambios en FinCEN afectarán la percepción de la comunidad internacional acerca del liderazgo de EE.UU. porque Werner no tuvo mucho contacto internacional. “Bill Baity es la cara internacional”, dijo. “Él ha hecho un gran trabajo con la comunidad interncional”.
Todavía no está claro si Jamal El-Hindi, quien siguió a su jefe Werner desde la OFAC al FinCEN, lo seguirá a Merrill Lynch.
“En esta etapa de la administración Bush, cualquier jefe nuevo debería esperar estar en el cargo como máximo dos años, sin tener en cuenta quién asuma la presidencia al final del mandato”, dijo Delston. “Dos años pueden ser suficientes, dada la demanda actual para cargos senior de cumplimiento, pero no es un plazo largo en el marco actual de la situación”.
– Por Rachael Lee Coleman, Selina Roman, Brian Monroe, Beth Karlin y Rob Garver en Washington, D.C.




