Si la multa de US$160 millones impuesta en marzo al Wells Fargo & Co. le recordó a los departamentos de cumplimiento antilavado lo fuerte que pueden ser los reguladores americanos, también es una buena muestra de los problemas que pueden presentarse cuando se adquieren y fusionan empresas.
Desde enero de 2008, cerca de una docena de grandes empresas financieras se han fusionado como respuesta a la grave recesión económica, a la vez que se juntaron enormes empresas de depósitos –como Bank of America- con firmas de inversiones –como Merry Lynch.
Algunas fusiones, incluyendo la de Wells Fargo en diciembre de 2008, cuando compró Wachovia Bank, progresaron rápidamente, “porque las fusiones bancarias usualmente se centran en factores económicos como la cartera de crédito, la liquidez, el capital y los riesgos de mercado…. Y muy poco en aspectos legales y riesgos de cumplimiento. Los problemas de cumplimiento potenciales al momento de la fusión puede no ser observados”, indicó un alto ejecutivo de una empresa de consultoría involucrada en varios de estos procesos.
El experto advirtió que esto puede significar “grandes problemas posteriores”. Aunque los examinadores bancarios pueden dejar a un lado los aspectos de cumplimiento mientras se realiza la fusión, la compañía matriz será la responsable por los problemas pasados de la empresa adquirida, incluso si los reguladores descubren las irregularidades varios años después de la fusión.
En el ejemplo de Wells Fargo, podemos observar que el Departamento de Justicia de Estados Unidos y la Oficina del Contralor de la Moneda (OCC por sus siglas en inglés) impusieron la millonaria multa por los problemas sistemáticos del Wachovia en el cumplimiento antilavado desde el año 2004, casi 5 años antes de que se fusionaran las dos empresas.
Un ex oficial de cumplimiento que también pidió no ser mencionado, aseguró que cuando las empresas financieras están bajo presión regulatoria o financiera, aceleran los procesos para cerrar rápidamente los tratos de adquisición o fusión.
Cuando se realizan fusiones con instituciones que tienen problemas de cumplimiento en el programa de prevención de legitimación de activos, aunque estos problemas sean desconocidos por los reguladores, el comprador debe adoptar una mentalidad triangular, señalando términos previos y posteriores que ayuden a determinar si la falla en el cumplimiento fue un incidente aislado, si fueron problemas sistemáticos o si fueron situaciones penetrantes en la estructura de la institución, recomendó el consultor.
Los equipos encargados de las fusiones de bancos grandes usualmente tienen unos 20 oficiales de cumplimiento trabajando en el proceso; sin embargo, en caso de instituciones con problemas ALD / CFT, deben asignarse entre 30 y 40 personas a estas tareas de revisión. Este personal de cumplimiento generalmente incluye oficiales de alto nivel, personal del departamento de cumplimiento y una mezcla de auditores internos y terceras partes contratadas.
El consultor señaló que aunque las revisiones de transacciones ordenadas por los reguladores han aumentado, acompañando a docenas de multas y sanciones, las deficiencias identificadas en las revisiones son solo la “punta del iceberg”.
Por su parte, Joseph Gunnell, ex examinador de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC por sus siglas en inglés), considera que la revisión debe hacerse más allá de un simple chequeo del programa de identificación de clientes y de monitoreo de transacciones. Esto también debe contemplar una mirada al equipo de cumplimiento para determinar quien debe irse y quien debe quedarse durante el proceso de transición.
“Es necesario deshacerse de las personas que originaron los problemas”, indicó Gunnell. Es necesario revisar el volumen de ventas y los pagos del personal para ayudar a identificar si hay alguna situación que conocer de la cultura de la empresa que se está adquiriendo.
En una revisión en la que Gunnell participó recientemente conducida por un banco de Estados Unidos que estaba buscando un comprador, él notó que la institución tenía un terrible programa ALD/ CFT que no cumplía con las recomendaciones de los examinadores federales. El banco decidió terminar rápidamente la revisión luego de que se detectaran las fallas de cumplimiento, para evitar que esa información pudiera afectar la fusión.
Los bancos que adquieren a otra institución quieren saber los costos de las posibles multas que pueden recibir, así como el precio de las revisiones y las mejoras en los programas de monitoreo, dijo Karen Benson, socio de Jorden Burt LLP (Miami).
Las empresas compradores deben también preguntarle a los reguladores sobre cómo fueron corregidos y atendidos problemas pasados, dijo Gunnell. Esto ayudará a determinar si al momento de una fusión, el estado del departamento de cumplimiento de la empresa adquirida.
Benson considera que en los casos cuando un banco adquiere una institución con una línea de negocios deferente, como cuando un banco comercial compre una empresa de corredores de bolsa, el personal de cumplimiento debe mirar más profundamente si hay problemas. “Cuando un banco compra otro banco con diferentes productos o en una región diferente, se pueden encontrar productos con los que no están familiarizados”, incluyendo vehículos de inversión “exóticos”, advirtió Benson.
—————————————————–
Artículo relacionado:
Wachovia paga multa record de US$160 millones por deficiencias antilavado




