Por Carla Valero
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La reciente desarticulación de la red internacional liderada por la familia chilena Mazza que lavaba dinero en varios países de Latinoamérica y EE.UU. a través de mensajeros y una red de cuentas bancarias en el extranjero pertenecientes a casas de cambio del mercado informal chileno, abrió la polémica sobre la ligereza en la regulación antilavado de ese sector.


El mercado informal chileno, a través del cual la familia Mazza lavó mas de US$280 millones, actúa de forma bastante independiente y sin grandes controles, ya que su labor no está supervisada ni por el Banco Central ni por el servicio de impuestos internos y sólo deben reportar a la Unidad de Análisis Financiero (UAF) transferencias superiores a US$7,650. 


Casos como el de la familia Mazza ilustran el problema del país andino con el doble sistema del mercado de casas de cambio: las informales son más vulnerable a las operaciones de lavado de dinero por no estar tan vigiladas como las del mercado formal.


Para operar en el mercado formal, las casas de cambio tienen que ser aceptadas por el Banco Central a través de una auditoria en la que se determina el capital, nivel de clientes, antigüedad y programa de cumplimiento del negocio. Generalmente son las casas de cambio de mayor capital y número de clientes las que buscan registrarse. Si la casa de cambio no supera la prueba de la auditoria, no es aceptada por el Banco Central y por lo tanto tiene que operar dentro del mercado informal, lo que las más pequeñas hacen, de forma legal.


Según Patricia Torres, presidenta de Latina Money Transfer, “el problema existe sobretodo porque en Chile hay libertad cambiaria y el descontrol se da en el mercado informal pero no en el formal”. El mercado formal está ampliamente controlado por la UAF, a la que deben reportar transacciones que superen los US$10,000.


Además, la UAF, creada en el 2003, ejerce controles sobre todas las casas de cambio, que deben implementar procedimientos antilavado, obtener información de sus clientes y del origen y destino de los fondos en el caso de las transferencias. También requiere información sobre el perfil de los clientes, reportes de operaciones sospechosas, el sistema de monitoreo del negocio y los programas de cumplimiento antilavado.


El sistema de doble mercado también existe en países como México y el Reino Unido debido a que en todos ellos todavía continúa vigente la ley de libre mercado creada antes del 11 de septiembre de 2001.


Una familia con tradición de lavado


Según la investigación del Consejo de Defensa del Estado de Chile (CDE), la familia Mazza, vinculada a la cadena de casas de cambio Andino Ocho del mercado informal en Santiago, Valparaíso y Viña del Mar, lavó en Chile y EE.UU. más de US$280 millones en los últimos cuatro años.


Los detenidos por la investigación son cinco miembros de la organización en Chile y uno en EE.UU.: José Mazza Alaluf, Luis Mazza Olmos, Daniel Mazza Jiménez, Mauricio Magenats y Alberto Lama.


En enero de 1995, Chile estableció por primera vez el lavado de dinero como un delito bajo la ley 19366 que sanciona el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas y el delito de lavado de activos. La familia en Chile va a ser juzgada bajo esta regulación, por un delito de lavado de activos, con penas de cárcel de hasta 10 años.


“La familia Mazza tiene cuatro casas de cambio y se introdujo en el negocio en los años 80 y operando siempre en el mercado informal, lo que siempre es más vulnerable al lavado de dinero”, dijo Hernán Peñafiel, jefe del departamento de lavado de activos del CDE.


Por otro lado, el único detenido en EE.UU. es Mauricio Mazza Alaluf, quien tenía 2,5 millones de euros en billetes llevados desde Chile y listos para ser depositados en bancos de EE.UU.  Va a ser juzgado en EE.UU., por un delito de conspiración y operación de una agencia de remesas Turismo Costa Brava S.A. sin licencia y lavado de activos, lo que supone la violación del título 18 de la sección 2, 371, y 1960, con lo que podría afrontar un máximo de cinco años de cárcel.


Un método de larga data


Según el jefe de la Brilac (la Brigada de Lavado de Activos de Chile) Cristian Caamaño, “esta organización utilizaba el método del mensajero para mover el dinero de un país a otro, uno de los métodos más antiguos y utilizados en el proceso de lavar dinero”.


Las operaciones de la banda empezaron en el 2003 e incluyeron a Perú como lugar de paso del dinero. Luego, eliminaron el paso por Perú y movían el dinero directamente de Colombia a Chile y luego a EE.UU.


El dinero procedente del narcotráfico en Colombia era trasportado en efectivo hasta Chile a través de un mensajero en avión que lo llevaba en una maleta y lo dejaba en una casa de cambio donde lo recogía otro mensajero que lo introducía en EE.UU. Allí lo depositaban en varias cuentas de la casa de cambio chilena en los bancos Harris Bank de Chicago, JP Chase de Michigan, HSBC, Wachovia, Citibank, Standard Chartered Bank y la sucursal del Banco de Chile en Nueva York.


Una vez depositado en esas cuentas, se traspasaba a las cuentas de casas de cambio colombianas involucradas, quienes realizaban trasferencias electrónicas a bancos en Colombia, donde llegaba finalmente el dinero lavado.


Por el momento, no parece que los riesgos que implica la falta de regulación del mercado informal vayan a desaparecer ya que según Torres “la legislación que permite el sistema del doble mercado de casas de cambio no va a sufrir ninguna modificación a corto plazo”.