Por Javier Villacorta*

En los actuales momentos, en los que las medidas para la prevención del lavado de dinero han sido robustecidas en el sector financiero de los países centroamericanos, las personas encargadas de lavar dinero del crimen organizado buscan otras alternativas para cometer dicho delito.

 Principalmente en Centroamérica se está presentando la tipología de lavar dinero a través de la explotación del rubro de la ganadería y agricultura; para ello, los lavadores contratan a personas dedicadas a estos rubros, quienes no levantan sospechas de realizar esta actividad ilícita y aparecen como “testaferros” en la operación ilícita; además, crean empresas con las que realizan la actividad legal, en las que no figuran los verdaderos dueños de las mismas.

Los carteles de drogas de países de Norte y Sur América están reclutando a estas personas para que sirvan de “testaferros en el lavado de dinero”. En algunos países de Centroamérica han sido capturadas personas que se dedican a estos rubros, les han confiscado haciendas, ganado vacuno, equipo agrícola, vehículos y propiedad inmuebles de alto valor monetario, tales propiedades no las pueden justificar de acuerdo a la actividad que dicen realizar, es decir, la venta del ganado vacuno y del alquiler de equipos agrícola.
Los países de Centroamérica son de vocación forestal, algunos de ellos con grandes extensiones de selvas vírgenes, en las que se explota mucho el rubro de la ganadería y la agricultura desde la época de la conquista de estas tierras. Históricamente uno de los productos que más exporta Centroamérica es la carne bovina, siendo los Estados Unidos de América el principal comprador, pero últimamente los tentáculos del crimen organizado se han entronado en esta actividad para lavar sus ganancias ilegales.
El crimen organizado está comprando grandes extensiones de terrenos, especialmente de vocación ganadera y agrícola, en las que se dedican a la explotación de estos rubros. En dichos terrenos construyen haciendas con los lujos del mundo moderno. Esas haciendas están ubican en zonas casi inaccesible, siendo los lugares favoritos aquellos que se encuentran en las zonas fronterizas, lo que facilita a los delincuentes una rápida huida en caso de ser detectados por las autoridades policiales.
De tal forma que las haciendas que han sido decomisadas, especialmente en Honduras, se han encontrado centenares de cabezas de ganado vacuno, caballos de raza, maquinarias agrícolas, insumos, vehículos, propiedades inmuebles costosas y de lujos excepcionales en zonas casi selváticas, algunas de las cuales cuentan con pistas de aterrizaje y helipuertos.
Estas personas al realizar sus actividades lícitas, introducen su dinero en las instituciones financieras mediante cualquier tipo de producto o servicios que ofrecen dichas Instituciones, además pueden hacer uso de las muy famosas “Cajas de Seguridad” que son ofrecidas en especial por los bancos, para guardar los dineros que les son dados en custodia para posteriormente moverlos y realizar la actividad de legitimar dinero sucio.

Recomendaciones de cumplimiento

Las instituciones financieras deben llevar a cabo una “debida diligencia ampliada” al momento de monitorear los movimientos de las personas que se dedican a estos rubros. En sus políticas de prevención de este delito, deben calificar a estos empresarios y negocios como de “alto riesgo”, porque es una actividad usada últimamente en Centroamérica para legitimar dinero.

Los funcionarios de cumplimiento deberán determinar en sus matrices de riesgo como un elemento importante la ubicación geográfica de las propiedades de las personas dedicadas a este rubro, así como los flujos de efectivo que moverán en las cuentas, los productos y servicios del banco que ellos usarán, listado de proveedores, así como de potenciales clientes, debe solicitarse información suficiente para hacer un examen exhaustivo de estos clientes, cuando llegan a solicitar los servicios y productos de la institución.

Ante el inminente peligro que significan esta clase de clientes para las Instituciones Financieras, los empleados  designados para prevenir y combatir esta ilícito, deberán tomar las siguientes medidas de control: 

  •  Hacer una revisión de su Programa de Cumplimiento, a fin de verificar si han incluido dentro del apartado de los clientes de “Alto Riesgo”, a aquellas personas que se dedican a la explotación del rubro de ganadería y agrícola, si no los tienen deberán incluirlos de inmediato.
  • En sus matrices de riesgos de “Clientes de Alto Riesgo”, deberán incluir todos los datos referentes a esta clase de clientes: ubicación geográfica de la propiedad donde ejerce su actividad; clase de actividades comerciales, ya sea la principal como las marginales; tiempo desde el cual se dedica a la actividad; si tiene socios o allegados que intervienen en el negocio; los movimientos que llevará a cabo en sus cuentas, etc.
  • Verificar con el cliente si tiene relación con otras instituciones financieras, (en algunos países las leyes permiten que los funcionarios de cumplimiento puedan girarse comunicados solicitando cierta información de algún cliente en común que es investigado por una de ellas, por cualquier atipicidad en los movimientos de sus cuentas); para posteriormente tener opción de consultar a un funcionario colega sobre el comportamiento de esta persona en su banco, sin violar el “Secreto Bancario”, y así formarse una mejor idea del comportamiento de este cliente cuando está siendo objeto de investigación.
  • En el sistema informático de monitoreo de la institución verificar si estos clientes realizan movimientos en sus cuentas muy por encima de lo reportado en la iniciación de la relación de negocio, en estos casos deberán tenerse estas “Alertas Positivas” en investigación constante, a fin de verificar si tales movimientos están de conformidad a su actividades comerciales o agrícolas. Recordemos que son comerciantes que llevan a cabo actividades licitas de ganadería y agricultura, que algunas veces diversifican sus negocios mediante el establecimiento de empresas que se dedican a otras actividades.
  • Por otro lado, deberá llevarse a cabo una capacitación especial a aquel personal de Atención al Cliente, como el de Apertura de Cuentas, Oficiales de Crédito y personas involucradas en hacer evaluaciones ganaderas o agrícolas (ingenieros agrónomos), con el propósito que se mantengan vigilantes de las actividades de estos clientes y puedan reportar cualquier situación que no está de conformidad al perfil del cliente.
  • De determinarse cierta atipicidad en los movimientos o usos de los productos o servicios de esta clase de negocios, se puede solicitar que personal especializado en materia de evaluación de esta clase de negocios, realicen una visita a las instalaciones del cliente y verificar in situ si el negocio está en capacidad de justificar los movimientos que hace en sus cuentas de depósito.
  • En esta visita se puede verificar si el cliente tiene destinado parte de su propiedad a la construcción de una pista de aterrizaje, ya que muchas de estas personas las construyen en sus propiedades para que puedan aterrizar avionetas cargadas de drogas o dinero en efectivo. Algunas de estas haciendas que se han confiscado cuentan con tecnología de punta, como ser cámaras de circuito cerrado destinadas a la vigilancia de  sus propiedades y el movimiento de personas que se mueven en los alrededores de la propiedad.

 Como podemos observar, una organización delictiva, con el propósito de lavar su dinero, crea legalmente un negocio o empresa para el desarrollo de una actividad comercial o de servicios  específica, de manera tal que apoye la logística de su actividad ilícita.

Dichos negocios o empresa reciben dinero por la venta de los bienes o prestación de los servicios a particulares (que en algunas ocasiones son simulados) y lo utiliza para el pago de proveedores, integrando de esta forma el dinero en la economía de los países, complementando así el ciclo del lavado de dinero.

Con los dineros del ejercicio comercial o agrícola y el dinero adicional proveniente de actividades ilícitas, la empresa hace uso de los servicios y productos ofrecidos por las instituciones financieras, haciendo depósitos o constituyendo inversiones y, en algunos casos, realizan traslados de fondos a favor de cuentas de terceras personas en otras ciudades del país o del extranjero.

Con este ciclo las personas dedicadas al lavado de activos hacen que su negocio ilícito parezca legal, de manera que las Instituciones Financieras, especialmente los Bancos, deberán dedicar su mayor esfuerzo en frenar esta nueva tipología que los lavadores han determinado para hacer aparecer como limpias sus ganancias de origen ilegal.