En un momento en que el número de remesas no para de incrementarse y están surgiendo en la industria nuevas formas de envío, los Negocios de Servicios Monetarios (NSMs) siguen en su encrucijada por la falta de cuentas bancarias y las regulaciones cada vez más estrictas. Verónica Pérez, oficial de cumplimiento de la agencia de remesas y casa de cambio Quisqueyana en Santo Domingo, República Dominicana hace un repaso a la situación en la que se encuentra el sector.
¿Cuáles son los principales retos que afronta la industria de los NSM en la actualidad?
Hoy en día hay varios factores que son muy temidos por la industria. El tema del cierre de cuentas corresponsales por parte de bancos que se encuentran mayoritariamente en EE.UU es un buen ejemplo. También hay otro tema que es el de las limitaciones en la cantidad de información que tenemos de los clientes. A veces nos gustaría saber más de ellos porque cuanta menos información, menos se conoce al cliente con lo que aumenta el riesgo de que se nos pase por alto una transacción que pudiera ser sospechosa y tengamos que rellenar mas Reportes de Operación Sospechosa (SAR), lo que acaba por perjudicar al negocio.
¿Por qué los bancos siguen están rechazando a los NSMs?
Creo que todo es por la presión que las autoridades ejercen sobre los bancos, por las estrictas regulaciones, por el endurecimiento de las sanciones y por el miedo que tienen los bancos a ser investigados.
Pero es que si yo me pongo en la posición del banquero, lo que voy a hacer es limitar el riesgo porque se que ese factor siempre va a existir, así que lo único que les queda es luchar contra eso imponiendo mejores controles. Pero en vez de optar por este camino, los bancos toman el camino mas fácil que es cerrar cuentas.
El mercado de los NSMs no es el mismo mercado al que ellos están acostumbrados a servir y se les hace difícil entender su forma de operar.
¿Qué pueden hacer los NSMs para quitarse de encima la etiqueta de negocio de alto riesgo?
Es que no nos la podemos quitar porque es verdad que somos un negocio de alto riesgo y hay que admitirlo pero estamos aplicando controles para mejorarlo.
Los bancos no deben tener miedo a nuestro sector y deben entender que precisamente por la misma experiencia que tenemos nosotros mismos en el negocio, estamos ejerciendo bien nuestra política de control.
Sucede lo mismo cuando trabajamos con una Persona Expuesta Políticamente. Que sea PEP no significa que no podamos trabajar con ella, sino que la debemos tratar con más cautela, seguirla de cerca y tenerla bajo control.
¿Cuáles son los controles de monitoreo que ejercen normalmente?
Al empezar la relación con un cliente, estudiamos su perfil, lo identificamos y sacamos un pronóstico de cuáles van a ser sus movimientos con nosotros. En el caso de los clientes corporativos pedimos documentación de la empresa para conocerlos a fondo.
Con nuestro sistema informático monitoreamos su actividad y en caso de ver alguna operación que se sale de su perfil, el sistema nos manda un aviso y monitoreamos más de cerca para detectar cualquier actividad sospechosa.
¿Cómo ha evolucionado el sector en los últimos tiempos?
En República Dominicana hemos aprendido mucho en poco tiempo, desde el 2003 que es cuando salió la legislación 7202 para regular a los NSMs se ha avanzado bastante, aunque hay que reconocer que todavía nos falta mucho trecho por recorrer.
A pesar de esto, Colombia y México están muy avanzados en el ámbito de los NSMs. En nuestro caso está el problema de las casas de cambio sin licencia, ilegales, que es uno de los problemas más grandes que falta corregir.
¿Qué mejoras se han dado últimamente en la industria de los NSMs?
Se ha mejorado la ayuda del acceso de los pequeños NSM al sector y también han mejorado la información sobre cómo un pequeño NSMs puede tener un buen programa de cumplimiento. Hay que enseñarles que no necesitan grandes inversiones para cumplir la ley y para el monitoreo, sino que con tecnología simple se puede hacer el trabajo.
¿Qué opinas de los bancos que últimamente se han apuntado a ofrecer servicios de remesas?
El mercado da para todos siempre que la competencia sea justa, así que no me parece una mala idea. De todas formas la diferencia es que en un banco hay más burocracia que en un NSMs, las tarifas son más caras y el cliente no tiene tanta familiaridad. Creo que el cliente se siente más identificado con un NSMs que con un banco. Además, la familiaridad te ayuda a detectar cuando hay un posible caso de lavado de dinero porque ya conoces a la persona y su perfil de actividades.
Esta bien que los bancos ofrezcan este servicio pero va a costar mucho cambiarle la mentalidad al cliente.
La industria de los NSMs ha crecido hasta el punto que ya se pueden hacer remesas a través del teléfono móvil, ¿cómo va a afectar esto a los clientes?
Nuestro cliente está identificado con el trato físico con la persona y a través del móvil no se siente cómodo para hacer transacciones, son personas que no usan mucha tecnología.
A pesar de que la tecnología aumenta, la gente sigue yendo al pequeño comercio de toda la vida, donde ya lo conocen y en quien confían para mandar el dinero.
No me imagino el servicio de remesas a través del móvil a corto plazo pero el inmigrante que ya lleva años en EE.UU. se irá poco a poco adaptando a los nuevos formatos, pero aún les falta un poco…
Entonces, ¿piensas que los problemas con las cuentas bancarias lleven a una disminución en la industria NSMs?
El sector no se va a poder eliminar nunca porque la necesidad de enviar dinero al extranjero va a continuar existiendo mientras haya inmigrantes en el mundo. Lo que hay que hacer en vez de intentar cortarlo es disminuir el riesgo del sector y mejorar los controles, pero no acabar de golpe con la industria.




