Argentina y Estados Unidos iniciaron esta semana un programa conjunto para el control del tráfico de mercaderías y actividades financieras, que apunta a combatir el lavado de dinero.

 


El embajador de EE.UU. (hasta esta semana), Lino Gutiérrez, y el director de la agencia de rentas de Argentina –Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) —, Alberto Abad, dieron el puntapié inicial a este plan estadounidense que ya ha sido probado en las relaciones comerciales entre EE.UU. y Colombia.


 


El programa, denominado “Unidad de Transparencia Comercial (TTU)”, cuenta con un software -conocido como DART- diseñado para procesar el intercambio de información entre la Aduana de los Estados Unidos y la Dirección General de Aduanas de la Argentina.


 


Se trata de combatir un método de lavado muy común: a través del intercambio internacional de bienes y la manipulación de sus precios. El programa compara datos reportados en los puertos de ingreso y egreso de los bienes exportados e importados, para certificar que coincidan con los declarados por los operadores de comercio exterior. “El programa TTU es para ver físicamente lo que sale de aquí hacia Estados Unidos en los containers y viceversa”, para saber si las declaraciones en ambos países coinciden, dijo Jorge Speraggi, asesor de prensa de Alberto Abad.


 


Las autoridades argentinas estiman que este programa va a permitir combatir no sólo el lavado sino otro tipo de delitos que se puedan detectar. “Más que hablar de lavado de dinero, evasión fiscal y empleo en negro, nosotros últimamente estamos hablando es de informalidad. La informalidad en el comercio puede después convertirse en distintos tipos de delitos. Este programa va a servir para combatirla”, dijo Speraggi.


 


Mayor preocupación por lavado en el comercio


 


Estados Unidos está viendo que el lavado de dinero a través del comercio crece cada vez más como amenaza y es utilizado como un mecanismo por el cual los delincuentes pueden casi por completo esquivar el sistema financiero para lavar dinero, que generalmente es el más supervisado y controlado por las autoridades antilavado.


 


El gobierno estadounidense decidió establecer este año tres TTU  para combatir el lavado de dinero a través del comercio—y otros delitos financieros— en cada uno de los países que conforman la zona conocida como la Triple Frontera (delimitada por Puerto Iguazú, en Argentina; Foz do Iguazú, en Brasil; y Ciudad del Este, en Paraguay).


 


Gutiérrez explicó en una conferencia de prensa que el programa tiene un costo de US$250.000 y su administración estará a cargo del gobierno argentino. Dijo que el convenio es un paso significativo en la lucha contra las actividades delictivas y para prevenir anomalías en el comercio exterior. “Es un sistema de alarmas contra operaciones que se apoyan en el comercio exterior sobre lavado de dinero, narcoterrorismo y contrabando”, señaló.


 


Fuentes de la embajada de EE.UU. destacaron que esta iniciativa fortalecerá la tarea de “combate del lavado de dinero a través del tráfico de mercaderías”, una preocupación central para Washington.


 


Según la agencia de inmigración y aduanas de EE.UU. la zona de la triple frontera fue elegida para poner en marcha este programa debido a que ICE estima que este tipo de unidades puede ayudar a combatir algunos de los problemas financieros, contrabando de mercaderías y divisas y por todo el dinero sucio que se genera en la zona.


 


A principios de 2005, EE.UU. y Colombia establecieron el primer TTU fuera de EE.UU.—con una financiación de más de US$2 millones—y según el Departamento de Estado este programa piloto demostró vínculos directos entre el lavado de dinero a través del comercio y las FARC. El programa en Colombia ayudó a desenmascarar algunos esquemas de lavado donde se exportaba oro a EE.UU. a precios muy inflados y a identificar la evasión de millones de dólares en aduanas.