Por Brian Orsak

 


Los legisladores y reguladores financieros posiblemente requerirán una mayor diligencia debida por parte de las instituciones financieras y otras compañías que realizan operaciones con tarjetas de valor acumulado, según lo expresado por profesionales de cumplimiento.


 


Las tarjetas de valor acumulado son tarjetas de obsequio, telefónicas, remesas y otras tarjetas similares que permiten a los portadores de las mismas transferir valores monetarios, a menudo anónimamente y sin los mismos controles requeridos  a las instituciones que realizan transacciones con tarjetas de débito y crédito.


 


Dado que la legislación ALD para la industria “no es clara”, las tarjetas “ofrecen un instrumento ideal de lavado para movilizar en forma anónima dinero asociado con todo tipo de actividades ilícitas, sin el temor a la documentación, identificación, sospechas por parte de las autoridades de control o el decomiso”, de acuerdo con un informe publicado en octubre de 2006 por el Centro Nacional de Información sobre Narcóticos del Departamento de Justicia de los EE.UU.


 


Es más, el gobierno estadounidense difundió en su Estrategia Nacional sobre Lavado de Dinero 2007 que la Red de Control de Crímenes Financieros (FinCEN, por sus siglas en inglés) está analizando las tarjetas mientras elabora su plan regulador más amplio.


 


Toda la atención indica que las regulaciones están en camino, informó Jesse Torres, vicepresidente ejecutivo de TomatoBank, N.A. de Alhambra, Estado de California. “Va a generar rechazo en la Asociación de Abogados”, dijo Torres, miembro del Foro Antilavado de Dinero de la Costa Oeste, un grupo de Los Ángeles formado por banqueros, profesionales de control legal y banqueros que solicitaron más regulaciones para la industria de valores acumulados.


 


 “Pareciera que hubiera algo más detrás, además de hacer que los examinadores analicen cuidadosamente esto, y desde una perspectiva global, lograr que varias agencias reguladoras y de control legal estén en el mismo lado”, indicó.


 


Las compañías de valor acumulado, que están definidas legalmente como negocios de servicios monetarios, están sujetas a algunas leyes ALD estatales. Además, la mayoría de las compañías grandes que realizan operaciones con productos de valor acumulado implementaron programas para identificar patrones de transacciones sospechosas, según Mark Moore, socio de la firma de abogados Aldrich & Bonnefin, ubicada en California.


 


En su Manual de Examen de la Ley de Secreto Bancario/Antilavado de Dinero, el Consejo Federal de Examen de Instituciones Financieras (FFIEC, por sus siglas en inglés) recomendó que los bancos y otras instituciones elaboren un plan para los riesgos que presentan esos productos.


 


Dado que las instituciones financieras que operan con compañías de valor acumulado requieren verificaciones ALD, la industria está regulada “en confianza” o indirectamente, según John Winer, abogado que asesora a compañías de valor acumulado en la firma de abogados Alston & Bird LLP, de Atlanta. Pero las principales quejas siguen sin ser resueltas, y la industria de valor acumulado sigue estando “profundamente subdesarrollada en términos reguladores”, dijo Winer.


 


El mosaico actual de la regulación, directa o indirectamente, no resuelve algunos de los temas de mayor interés sobre lavado de dinero, especialmente la capacidad de los lavadores para enviar y recibir dinero en forma anónima, dijo Goeff Doyle, director administrativo de la práctica ALD en la consultora de asesoramiento de riesgo IPSA Internacional, en Nueva York.


 


Vuelta Abierta Vs. Vuelta Cerrada


 


Los productos de valor acumulado pueden ser clasificados como de vuelta abierta o vuelta cerrada. Los primeros, que incluyen a las tarjetas de obsequios, permiten a los usuarios cargar dinero en una tarjeta una vez y recuperarlo de una forma específica, como en un almacén o tienda minorista.  Las tarjetas con vuelta abierta, por el contrario, funcionan de una forma similar a las tarjetas de débito, y permiten a los usuarios recargar dinero una vez que el mismo haya sido usado.  A menudo son operadas a través de compañías reconocidas, como Visa, Maestro o MasterCard.


En el caso de los productos de vuelta cerrada, los lavadores podrían enviar tarjetas que pudieran ser cambiadas por productos y en última instancia cambiadas por dinero en efectivo, incluso a pérdida.  En el caso de las tarjetas con vuelta abierta, el dinero podría ser transferido de una cuenta a otra, o podría tener acceso un lavador que comparta una cuenta de tarjeta con un socio, dijo John Wood, director ejecutivo de Playfair Group, consultora de cumplimiento antilavado de dinero (ALD).


“Éste es claramente un vehículo digital, de contrabando de grandes cantidades de dinero en efectivo, y si hay algo que debemos saber es que la empresas criminales se han convertido en instituciones increíblemente hábiles y con gran capacidad de adaptación”, dijo Wood. “Ya comenzaron a adquirir la infraestructura para utilizar tarjetas de valor acumulado”.


Mientras que las tarjetas de vuelta abierto con marcas conocidas a menudo tienen límites monetarios sobre las transacciones que dificultan el lavado de grandes cantidades de dinero, las tiendas y las instituciones financieras también son menos propensas a cuestionar las transacciones provenientes de marcas de renombre, incluso si las partes de la transacción pueden en última instancia ser anónimas, dijo Torres.


Y los terroristas “van a estar más cómodos utilizando tarjetas de valor acumulado especialmente porque deja ningún rastro en papel como el que deja una tarjeta de débito”, dijo Word. “Si al-Qaeda utilizó tarjetas de débito, van a usar tarjetas de valor acumulado”.


Regulación podría requerir tiempo


Si bien es posible que se emitan más regulaciones, según todos los entrevistados en esta nota, podrían pasar años antes de que los reguladores, los legisladores y las agencias de control legal definan los detalles.


“Por un lado está el Centro Nacional de Información sobre Narcóticos que sacó esto a la luz, y por el otro lado existen enormes intereses que serán obviamente asistidos por la asociación de tarjetas de valor acumulados y la Asociación de Banqueros Estadounidenses”, dijo Wood.


FinCEN probablemente tampoco actúe rápidamente. Cualquier demora importante podría generarse en parte por una falta de iniciativa detrás de los esfuerzos alguna vez realizados por los ex directores de FinCEN William Fox y William Langford, quienes dejaron sus cargos para asumir nuevos puestos en el sector privado, según Winer.


“No me queda claro en este punto que el Departamento del Tesoro desee elaborar más regulaciones en esta administración”, dijo Winer.  “Todavía [FinCEN] tiene que emitir las regulaciones sobre los fondos de cobertura y ya hace cinco años que el Congreso las ordenó”.


Los que se oponen al dictado de nuevas regulaciones posiblemente vayan a mencionar temas sobre la privacidad también, de acuerdo con Doyle.


“Es un poco semejante a tener supervisión gubernamental sobre el dinero en efectivo: nadie lo permitiría, francamente”, dijo.  “En una situación de valor acumulado, lo que el gobierno está diciendo es que quiere tener supervisión, y allí se encuentra el conflicto”.


Si se realizara una mayor supervisión, los reguladores posiblemente van a considerar fijar un monto mínimo en dólares como requisito Conozca Su Cliente sobre las tarjetas de vuelta cerrada, y van a requerir lo mismo para todas las tarjetas recargables, según Andrew Dresner, director de la oficina de Nueva York de la forma de abogados de Oliver Wyman.


Las agencias de control legal también pedirán controles de identificación del cliente sobre las tarjetas que puedan ser realizados a través de verificaciones de los clientes, así también como la obligación de que las compañías de valor acumulado reportes operaciones sospechosas, según Betty Santángelo, abogada de la firma de abogados Schulte Roth & Zabel, en Nueva York, que brinda asesoramiento sobre productos de valor acumulado.


También puede ser que las instituciones financieras tengan que monitorear a los terceros comercializadores más pequeños, con menores recursos, con los cuales trabajan, dijo Torres.


“Tal vez algunos de estos comercializadores, desconocidos para una institución, posiblemente sean menos escrupulosos, por lo que se tiene gente que juega un papel importante y que finalmente hará que las instituciones financieras tengan problemas”, dijo Torres. “Realmente se trata de la necesidad de estas instituciones de conocer realmente quiénes son estos terceros comercializadores con los cuales están trabajando”.


Cualquiera que sea la forma de dialogar, será largo, dijo Wood.


“Lo que es seguro es que esto es sólo la punta del iceberg en términos de popularidad [de los productos de valor acumulado]”, dijo Wood. “No hay forma de que esta oportunidad de hacer dinero y este desafío en términos de cómo puede ser utilizado vaya a desaparecer”.


 


Recursos Relacionados


 


2007 National Money Laundering Strategy, The Office of Enforcement, U.S. Departamento f Treasury in consultation with the U.S. Department of Justicia May 03, 2007


Prepaid Cards: Vulnerable to Money Laundering? U.S. Federal Reserve Bank of Philadelphia Feb. 23, 2007


Prepaid Stored Value Cards:  A Potential Alternative to Traditional Money Laundering Methods, U.S. Departament of Justice Oct. 31, 2006


Money Laundering Threat Assessment (large file – 4mb), U.S. Government Agencies Jan. 11, 2006


FinCEN Ruling 2003-4 – Definition of Money Transmitter/Stored Value (Gift Certificates/Gift Cards), U.S. Financial Crimes Enforcement Network Aug. 13, 2003