Por Carla Valero
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El conflicto permanente entre EE.UU. y Cuba ya no es sólo cosa de dos. La Oficina de Control de Activos Financieros (por sus siglas en inglés, OFAC) tiene en el punto de mira, desde hace 2 años a las entidades financieras foráneas que operan en la isla.
Esa vigilancia exhaustiva ha creado una nueva problemática en la que los bancos extranjeros operando en Cuba han comenzado a cesar sus operaciones cuando vieron el riesgo que eso significa de ser designado y sancionado por OFAC.
Estas designaciones significan que los bancos, incluso extranjeros y sobre todo europeos, han tenido que agregar a Cuba a su lista de países con los cuales no pueden realizar operaciones para evitar sanciones estadounidenses.
Lucha a través de designaciones
A finales del pasado mes de julio, la OFAC declaró al Netherlands Caribbean Bank (NCB), parte del banco holandés ING como “designado” en su lista, lo cual significa que a partir de ahora se prohíbe a cualquier persona o institución de EE.UU., establecer relación comercial alguna con el banco.
En esta lista aparecen habitualmente nombres de narcotraficantes y sospechosos de pertenecer a células terroristas pero en el caso de ING, la designación fue por mantener acuerdos financieros con dos entidades cubanas socias del banco holandés, algo que está terminantemente prohibido por las regulaciones emitidas por la OFAC.
La normativa sobre la Designación de compañías de terceros países como nacionales cubanos fue establecida por EE.UU. mediante designación administrativa, declarando que cientos de corporaciones y otras entidades de negocios organizadas bajo las leyes de terceros países y radicadas y haciendo negocios en esos países son “designadas de forma especial” nacionales de Cuba.
A partir de tal declaración, todas las prohibiciones del embargo aplicables a los nacionales cubanos se aplican automáticamente a la entidad “designada de forma especial”, y por tanto ningún estadounidense puede tener ningún vínculo comercial o financiero con la entidad designada. Además, todas sus propiedades en Estados Unidos son congeladas.
La base para la designación es que la compañía designada ha actuado a favor del Gobierno de Cuba o es propiedad o está controlada directamente o indirectamente por el Gobierno de Cuba.
Según Peter Jong, director de comunicación de ING, “ING fue designado porque el NCB es una entidad surgida de la alianza de un banco holandés y otros dos socios cubanos”.
Sobre el futuro del banco en la isla aún no se ha dicho ni una palabra. “Todavía estamos evaluando las posibles implicaciones que conlleva”, dijo Jong
El principal miedo de las entidades financieras
Según un informe elaborado por el departamento de comunicación del gobierno de Cuba sobre la resolución 60/12 de la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU), desde que el presidente Bush implementó estas regulaciones se ha producido un incremento en las presiones a bancos extranjeros para que cesen sus relaciones comerciales con entidades cubanas.
El temor a recibir más sanciones de las que EE.UU ya ha aplicado a algunos bancos europeos ha recortado últimamente las relaciones comerciales entre las distintas entidades financieras de la isla, pero sin embargo, desde el organismo regulador no se entienden estas actitudes.
“No entendemos a qué puede deberse esta oleada de miedo ya que las regulaciones de OFAC no han cambiado y las sanciones siguen aplicándose con el mismo criterio de siempre, así que la única explicación es pensar que se debe a decisiones propias de cada corporación”, dijo una fuente de OFAC que no quiso desvelar su nombre
A pesar del comentario de OFAC, son numerosos los ejemplos de instituciones que finiquitaron sus relaciones con bancos cubanos. Así por ejemplo, en octubre de 2005, según un informe publicado por el Banco Central de Cuba, el Union Bank of Switzerland (UBS) cesó el servicio que prestaba de cuenta corriente en dólares y francos suizos al Banco Internacional de Comercio S.A. (BICSA) de Cuba y comenzaron a rechazar todas las operaciones con los diferentes bancos del país, alegando que estaban haciendo una revisión de sus actividades y negocios y que habían tomado la decisión de cerrar ciertos servicios bancarios que afectaban al BICSA.
UBS cerró las cuentas que mantenía del Banco Exterior de Cuba argumentando una nueva reorientación en su estrategia de negocio, así como también cesó sus operaciones con las instituciones cubanas Banco Financiero Internacional (BFI), el Banco Popular de Ahorro (BPA), el Banco de Crédito y Comercio (BANDEC) y el Banco Metropolitano (BM).
Pero este banco europeo no ha sido el único ejemplo del cese de relaciones y de operaciones con las entidades de la isla. El banco HSBC de Londres, también decidió unilateralmente en septiembre de 2005 cerrar la cuenta en dólares que el Banco Metropolitano (BM) mantenía con ellos y la que tenía con el Banco de Inversiones (BI).
Y es que EE.UU. se toma muy en serio su papel sancionador con aquellos que no cumplen la normativa. En mayo de 2004, por ejemplo, la Reserva Federal de EE.UU. multó con US$100 millones al UBS por realizar transacciones en dólares con Cuba, algo que viola claramente las regulaciones de OFAC.
Además, la Banca Comérciale Italiana y el Banco Santander de España, también recibieron sus respectivas amonestaciones por transferir fondos a las islas de forma ilegal.
Los departamentos de comunicación de las entidades bancarias extranjeras no desean hablar sobre la situación que se vive en la isla, ya que después de intentar consultar la situación con el HSBC y el UBS no hemos obtenido respuesta alguna.
Las leyes del bloqueo contra Cuba
El bloqueo contra Cuba está regido por un conjunto de leyes cuya aplicación está a cargo de los Departamentos de Tesoro, Comercio y Estado.
Las regulaciones afectan a todos los residentes permanentes en EE.UU., y a todas las divisiones y subsidiarias de organizaciones norteamericanas en todo el mundo. La violación de estas regulaciones implica la imposición de sanciones criminales que pueden llegar a ser de 10 años de prisión y multas de hasta US1.000.000 en el caso de las corporaciones
En ámbitos más concretos de la ley en relación a las entidades bancarias, además de prohibir las importaciones y las exportaciones, se prohíbe a cualquier persona de EE.UU. transferir dinero o propiedades de cualquier naturaleza, dondequiera que radique, a Cuba o a un nacional cubano, dondequiera que éste esté radicado, y participar en cualquier transacción financiera que involucre a Cuba o a nacionales cubanos.
También, EE.UU. prohíbe a bancos de terceros países que mantengan cuentas en dólares norteamericanos para Cuba o nacionales cubanos, y el uso de la moneda norteamericana o de cuentas en dólares en transacciones entre nacionales de terceros países y nacionales cubanos.
Política y problemas
Según un experto financiero que trabajó en Cuba durante años y que prefirió no desvelar su nombre, la situación que se vive en la isla responde más bien a un conflicto de intereses políticos. En su opinión, “los políticos norteamericanos están mas interesados en obtener los votos de los exiliados cubanos que hay en Florida que en el futuro y el papel que jugará Cuba en América Latina”.
Sea o no una cuestión política, la verdad es que los bancos extranjeros que operan en Cuba tienen un papel decisivo en la economía del país. La prohibición del uso del dólar en las operaciones bancarias con el exterior ha hecho que los bancos cubanos no tengan acceso al sistema bancario estadounidense y tengan que utilizar otros bancos extranjeros para tramitar las transacciones.




