Por Brian Monroe.

   Docenas de bancos y uniones de créditos comenzaron a cortejar a los negocios de servicios monetarios (NSM) durante el último año, ofreciéndoles servicios financieros a cambio del cobro de gastos moderados asociados al cumplimiento antilavado de dinero.

   Esta iniciativa es contraria a la frecuente actitud bancaria de rechazar a los NSM o aplicarles elevados cargos asociados al elevado riesgo de cumplimiento ALD. Ante la difícil situación del mercado, algunas instituciones financieras pequeñas están abriendo sus puertas y ofreciendo servicios más económicos a sus nuevos clientes.

   “Un número creciente de bancos pequeños y cooperativas de crédito se han dado cuenta de que con los NSM pueden aumentar sus ganancias”, afirmó Jeff Sklar, director de SHC Consulting Group (Nueva York). Durante los últimos 8 meses el experto se ha enterado de más de 30 instituciones que empezaron a ofrecer servicios a NSMs o que han preguntado sobre cómo ajustar sus programas de cumplimiento para poder hacerlo.

   Esta tendencia es contraria a la experimentada durante la última década, cuando muchos NSM han tenido que lidiar con los oficiales bancarios para poder mantener sus cuentas abiertas, especialmente después que el Departamento del Tesoro advirtió en el año 2000 sobre el alto riesgo que representan estos negocios. La advertencia fue repetida en dos ocasiones más durante los últimos 6 años, motivando así que muchos bancos cerraran las cuentas de los NSM.

   Los problemas con el sistema bancario causaron la salida del mercado de cientos de NSM y de miles de agentes, pero contribuyó a la consolidación de la industria, aseveró Michael McDonald, consultor independiente de Miami, quien considera que ahora la tendencia es a la inversa.

   “No me importa saltar por `aros de blanqueo de dinero´ y pagar un poco más en las tasas si esto significa que tengo la tranquilidad y no tengo que estar constantemente haciendo malabares con las relaciones bancarias”, dijo Alan Friedman, presidente de La Nacional, un NSM con sede en Nueva York que tiene más de 80 agencias a nivel nacional.

   Varios bancos pequeños en todo el país se han “despertado con el hecho de que puedes tener un gran aumento en los ingresos por cargos si le prestas servicios a los NSM, porque ellos son grandes consumidores de efectivo”, explicó Friedman. En algunos casos los bancos todavía están restringiendo los depósitos a un máximo de US$ 2.500 diarios, lo cual no le hace bien al negocio, agregó.

   Aún permanece un poco incierto cómo los reguladores verán la decisión de las instituciones financieras pequeñas, las cuales usualmente no cuentan con muchos recursos antilavado de dinero como los bancos grandes.

   “Aunque trabajar con los NSM puede fortalecer las finanzas de los bancos, ellos deben estar conscientes de que nosotros podemos determinar que los controles antilavado que tienen no son suficientes si creemos que sus clientes NSM son de alto riesgo y requieren monitoreo adicional. Esto se reflejará al momento de la inspección”, advirtió un inspector bancario de una agencia federal, quien pidió mantener su nombre en reserva.

Un caso de estudio

   El aumento de las cuentas de NSM en la cooperativa Actors Federal Credit Union (AFCU – Nueva York) ha significado “una educación para nosotros en términos de entender que riesgos de lavado de dinero están envueltos y cómo mitigarlos”, dijo Chuck Brown, director del servicio de cambio de cheques en la institución, que ha abierto más de dos docena de cuentas para remesadoras de dinero y cambiadores de cheques, y planea abrir la primera cuenta para empresas de cambio de divisa.

   “Tenemos un departamento de NSM próspero” y los examinadores “están muy conscientes de lo que estamos haciendo y parece que nos apoyan”, dijo Brown.

   Para mitigar el riesgo, AFCU ha contratado a terceras partes para revisar las cuentas y un sistema de monitoreo de transacciones secundario que le permite a la cooperativa revisar todas las transacciones de sus clientes NSM, explicó el funcionario de la empresa.

   Los funcionarios  de la cooperativa exigen los documentos del programa antilavado de sus clientes NSMs y realizan una visita anual para ver cómo los negocios están cumpliendo con las exigencias de cumplimiento de la Ley de Secreto Bancario (LSB). “Queremos estar seguros de que ellos tienen un poderoso proceso de identificación y de conozca a su cliente”, señaló Brown.