Por Brian Monroe.
El comité de bancos del Senado de Estados Unidos aprobó el jueves pasado en primera instancia nuevas sanciones contra Irán, que incluyen disposiciones en las que se le pide al consorcio de mensajería interbancaria más grande del mundo, SWIFT, expulsar al Banco Central de Irán del sistema. Si la medida no es acatada, el consorcio belga pudiera ser incluido en la “lista negra”.
Si se aprueba en la cámara alta, la norma requeriría que la Casa Blanca presione a la Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales (SWIFT por Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication), para que impida al Banco Central de Irán y a otras instituciones financieras sancionadas que usen la infraestructura de mensajería de la organización.
Con la aprobación del jueves, la legislación se presta a avanzar hacia una votación en el Senado, donde tiene un fuerte apoyo bipartidista, según comentó un miembro de la comisión de bancos. La última vez que el congreso aprobó una ley de sanciones contra Irán fue hace sólo unas semanas cuando prohibió las transacciones con el Banco Central iraní como parte de la Ley de Autorización de Defensa Nacional para el Año Fiscal 2012 (NDAA – National Defense Authorization Act for Fiscal Year 2012).
Por otra parte, la legisladora Ileana Ros-Lehtinen introdujo la semana pasada un proyecto de ley que modificaría las sanciones contra Irán, negando a las instituciones financieras iraníes, incluido el Banco Central de Irán, el acceso a transferencias de fondos electrónicas, comunicaciones seguras y otras “capacidades críticas de servicios financieros”. Al igual que la medida del Senado, el proyecto de la Cámara de Representantes busca prohibir que SWIFT permita las transacciones iraníes.
Acciones contra SWIFT son poco probables
Que el consorcio SWIFT sea incluido en la lista de sancionados de OFAC es, en última instancia, poco probable, comentó un ex funcionario del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, quien pidió no ser identificado. Ingresar a SWIFT en la “lista negra” tendría un enorme efecto en los esfuerzos por obstaculizar las supuestas ambiciones nucleares de Irán, también sembraría la discordia en la comunidad bancaria internacional. “Corres el riesgo de cerrar el sistema bancario, porque la mayoría de los bancos siguen utilizando Swift”, dijo la fuente, que ha participado en la elaboración de las sanciones de EE.UU. contra Irán.
Una medida contra el consorcio bancario podría “convertirse en un asunto inflamable para los aliados de los Estados Unidos, dijo William Hoffman, un abogado de Davis, Polk y Wardwell LLP en Washington, y un ex consejero jefe de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro (OFAC). “El asunto es: ¿Cuándo los Estados Unidos va más allá de su poder?”.
Los servicios de mensajería de SWIFT son utilizados por más de 9.700 instituciones financieras en 209 países, de acuerdo con su sitio web. La organización procesó más de 371 millones de mensajes en diciembre, casi la mitad de los cuales fueron pagos interbancarios.
Otros sectores en la mira
Los legisladores también acordaron el jueves agregar a la lista negra a las entidades que apoyan la censura y las violaciones a los derechos humanos en Irán, así como a las empresas que participen en proyectos energéticos mixtos con Irán, incluyendo la minería de uranio.
La Casa Blanca estaría obligada a identificar a los miembros del Cuerpo de Guardias Revolucionarios de Irán que realicen transacciones de más de US$ 1 millón en un período de 12 meses, así como a las entidades que hagan compras a la Compañía Nacional de Petróleo de Irán, entre otros. Las revelaciones expandirían las listas de sanciones en virtud de la Ley General de Sanciones, Responsabilidad y Expropiación contra Irán de 2010, (CISADA).
La legislación podría contrarrestar las trampas que Irán utiliza para eludir las sanciones de los Estados Unidos y de la Unión Europea, dijo el senador Robert Menéndez (Demócrata por New Jersey), durante la audiencia.
Los cambios podrían “exigir a los bancos de Estados Unidos que se aseguren de que sus corresponsales no están haciendo negocios con esas entidades”, comentó el ex funcionario del Tesoro. “Una vez más, se trata de una tercerización de obligaciones de cumplimiento por parte del gobierno en los bancos para hacer cumplir objetivos de política exterior”.
En visitas a países extranjeros como Turquía, a algunos funcionarios del Tesoro les han dicho “básicamente olvídense, nosotros vamos a seguir haciendo negocios con Irán”, mencionó el ex funcionario.
La última propuesta da una idea de la frustración de algunos sectores del Congreso sobre la versión definitiva de las sanciones contra Irán aprobadas a finales de diciembre, la cual le dio a la Casa Blanca la autoridad para obligar a los bancos de Estados Unidos a abandonar sus vínculos con contrapartes que todavía procesan transacciones para los iraníes, pero ciertos ajustes finales en la redacción de la medida le permiten al gobierno aplicar “perdones” por el interés de la seguridad nacional.
Se espera que la Casa Blanca emita una guía sobre las nuevas normas para la primavera, incluyendo una aclaración acerca de cómo determinar si los bancos extranjeros “a sabiendas” prestan servicios a los iraníes.




