Por Brian Monroe.

La falta de tiempo y la falta de comunicación han afectado la eficiencia de los examinadores bancarios federales, quienes han emitidos mandatos difíciles de cumplir e innecesarios para las instituciones financieras que supervisan, según afirmaron legisladores estadounidenses.

El Subcomité Permanente Sobre Investigaciones (PSI) del Senado de Estados Unidos aludió a los problemas de este tipo en un informe emitido en julio sobre las fallas del cumplimiento antilavado de dinero de la filial estadounidense del HSBC.

Las escuetas evaluaciones de la Oficina del Contralor de la Moneda (OCC por sus iniciales en inglés) del Departamento del Tesoro hicieron que no fueran detectados miles de millones de dólares en transacciones sospechosas realizadas por el banco, indicó el PSI.

A pesar de la identificación de unos 83 Asuntos que Requieran Atención en las inspecciones realizadas en el transcurso de cinco años, la agencia no pudo concentrar la información adecuadamente para determinar si el banco debería recibir una acción legal formal. A pesar de “todos estas inspecciones específicas… no sabíamos lo que teníamos”, dijo un examinador de la OCC al PSI.

El problema no se limita al HSBC. A los examinadores que evalúan una unidad específica o sucursal de una institución usualmente les será “difícil saber lo que los otros examinadores están haciendo, porque están muy aislados”, aseguró un funcionario del Departamento del Tesoro de EE.UU., quien habló bajo condición de anonimato.

Si bien las conclusiones y recomendaciones de los inspectores de la OCC se almacenan en una base de datos electrónica a la que pueden acceder otras agencias federales, la información no suele ser consultada, aseguraron múltiples fuentes. Debido a que los examinadores trabajar con plazos muy ajustados para evaluar aspectos específicos de cumplimiento ALD, a menudo no ven lo que sus colegas han encontrado en una misma institución.

En los últimos años, las inspecciones ALD realizadas a los grandes bancos eran “muy limitadas y no abarcaban una visión completa. Los examinadores rara vez se comunicaban con las contrapartes que realizaban exámenes en otras áreas del banco” y se concentraban sólo en la evaluación que tenían en sus manos, dijo la persona.

Por lo tanto, “era muy difícil profundizar” en cómo el programa de cumplimiento de una institución funcionaba como un todo. Por otra parte, la incapacidad de observar a las entidades inspeccionadas de una forma integral dificultaba que los examinadores convencieran a sus superiores de que los problemas de cumplimiento identificados merecían un reporte de Asuntos que Requiere Atención (MRA por sus iniciales en inglés).

La supervisión de la OCC sobre el HSBC contribuyó a que el banco y su filial mexicana fallaran en la monitoreo de US$ 60 billones en transferencias bancarias anualmente, entre otras violaciones. A pesar de los 83 MRAs y de dos recomendaciones para “órdenes de cesar y desistir”, la OCC no emitió sanción formal contra el banco hasta que el Departamento de Justicia reveló que estaba investigando al banco, señala el reporte legislativo.

Durante una audiencia realizada en julio de este año, el Contralor de la Moneda, Thomas Curry, dijo que la agencia podría reducir el número de MRAs permitidos a un banco antes de dictar una acción de cumplimiento formal. La OCC ha modernizado sus procesos de información interna en un intento por clarificar “quien va a reportar a quien… y quien tiene la última palabra en la decisión”, señaló un funcionario federal a ACAMS MoneyLaundering.com.

Es difícil establecer prioridades

Para los bancos, la falta de comunicación entre los examinadores puede ser frustrante, según un oficial de cumplimiento bancario de EE.UU., quien expresó que le “gustaría que los examinadores se comuniquen y coordinen mejor entre sí”. Afirmó que distintos reguladores han pedido al banco atender varios problemas al mismo tiempo, para meses más tarde solicitar cambios adicionales que podrían haber sido más fáciles de abordar antes.

La situación “hace que sea muy difícil dar prioridad a lo que debe hacerse en primer lugar, cuando más críticas están entrando constantemente”, dijo la persona, quien pidió mantener su nombre en reserva.

Los funcionarios de cumplimiento de los bancos grandes deben estar preparados para la posibilidad de que examinadores diferentes les pidan dar prioridad a diversos problemas ALD, dijo un segundo ex inspector de la OCC, que ahora trabaja para una institución financiera. “Tratar de responder a todos los examinadores y tener nuevos requerimientos cada vez que encuentren una deficiencia es difícil de manejar”.