La continua evolución del mundo antilavado de dinero también exige acciones de los entes reguladores, es por eso que la unidad de inteligencia financiera de Estados Unidos anunció un proceso de reorganización que le permitirá contar con una estructura más eficiente para enfrentar los actuales desafíos y responder más rápidamente a las amenazas emergentes.

    La Red de Control de Crímenes Financieros (FinCEN por sus iniciales en inglés) inició un proceso para integrar mejor la forma en que analiza y comparte datos sobre el blanqueo de dinero y otros delitos. 

    Jennifer Shasky Calvery, directora de FinCEN, explicó que su “prioridad ha sido obtener lo mejor de los datos, de su autoridad y, sobre todo, de nuestra gente talentosa y dedicada. Tenemos una historia exitosa, pero cada organización puede mejorar”.

    Shasky –en una teleconferencia pública con miembros de la banca estadounidense- indicó que “una mejor comunicación e intercambio de información es esencial para cumplir la misión de FinCEN de recolectar, analizar y compartir inteligencia financiera”.

    De lo vertical a lo horizontal

    Los cambios aplicados por FinCEN pudieran ser una referencia para otras unidades antilavado del mundo, que han sido creadas bajo esquemas antiguos o incluso para las unidades que están todavía en proceso de conformación.

    Bajo la antigua estructura de la organización, FinCEN fue organizado en base a la capacidad de respuesta para cada sector con el que interactuaba. Cada una de las divisiones  fue integrada verticalmente para llevar a cabo todas las funciones requeridas por los actores externos y tuvo sus propios analistas, especialistas en política, personal de enlace y expertos investigadores.

– División de Análisis y Enlace: atendía los requerimientos de los organismos de seguridad e investigación.

– División de Política Regulatoria y Programas: atendía a la industria y a los reguladores estadounidenses. 

– División de Programas Internacionales: atendía los requerimientos y la interacción con las entidades extranjeras.

El cambio fundamental es que bajo la nueva estructura todo el personal estará organizado en base a su función, en lugar del sector al que atiende. En lugar de una estructura vertical, ahora cada división atenderá los requerimientos de todos los sectores/actores externos en base a la función que desempeña dentro de FinCEN:

– División de Inteligencia: concentra a todos los analistas de inteligencia financiera.

– División de Políticas: integra a los expertos en elaboración de políticas y normas.

– División de Enlace: agrupará a los encargados de enlaces externos y los centros de llamadas.

– División de Cumplimiento: está conformada por los responsables de las inspecciones y acciones regulatorias, los cuales centrarán mayores esfuerzos en las “áreas reguladas de alto riesgo”.

    “En la nueva estructura, la información elaborada por un analista de la División de Inteligencia se podría proporcionar con mayor facilidad a los organismos policiales, a los reguladores, a los socios extranjeros y la industria”, señaló Shask, quien agregó que “esto maximiza la capacidad de FinCEN para apoyar de una manera ágil y eficiente sus esfuerzos contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo”.