Por Verónica Moyano.
“Los delincuentes han demostrado su capacidad de adaptación al hallar nuevos canales para el lavado de las ganancias obtenidas por medio de actividades ilegales, y el deporte es uno de los muchos sectores que se exponen al riesgo de verse afectados por dinero mal habido”. Así reza el documento emitido por el GAFI en julio de 2009 que impulsó que muchos países comenzaran a prestar atención a tal situación adoptando medidas pertinentes para atacar este flagelo.
Siendo el fútbol una industria global que mueve millones de dólares por año, se constituye en uno de los deportes más atractivos para el crimen organizado, que permanentemente se encuentra en la búsqueda de “mercados” que le permitan blanquear el dinero fruto de sus actividades delictivas.
Hechos ilustrativos del lavado de dinero en el fútbol profesional han involucrado a muchos clubes de todo el mundo, en donde se ha descubierto la mano del crimen organizado detrás de la compra-venta de jugadores, principalmente, como así también en la financiación de sus actividades.
En una entrevista concedida a Lavadodinero.com, Marcelo Casanovas, vicepresidente de la Federación Argentina Para el Estudio y Análisis Sobre la Prevención del Lavado de Activos y del Financiamiento del Terrorismo (FAPLA), explicaba el por qué de esta situación argumentando: “El fútbol profesional se transformó en una actividad deseable para las organizaciones criminales fundamentalmente por tres razones: a) Espectáculo masivo de atracción y escala mundial que revela el carácter transnacional del mismo; b) Incremento significativo en los últimos 20 años de la facturación de los Clubes, de las empresas de publicidad y patrocinadores, y de las empresas que comercializan la imagen de los propios Clubes y de los jugadores profesionales; y, c) La generalizada necesidad de financiamiento por parte de los Clubes (estados contables generalmente deficitario), los que en general presentan –además- poca profesionalidad en su gerenciamiento”.
Al ser consultado acerca de la metodología que emplean los criminales para lavar el dinero a través del fútbol, el experto explicó: “Las tendencias más relevantes detectadas en maniobras de lavado de dinero se vinculan necesariamente en la falta de identificación del beneficiario final de la operatoria de transferencia de los derechos económicos que posee el Club respecto del jugador profesional que motiva la operación. En tal sentido, es común verificar la existencia de sociedades extranjeras o fondos de inversión con asiento en algún paraíso fiscal que resultan ser los titulares de los derechos económicos (derecho en expectativa del resultado económico de una futura venta) de los jugadores profesionales, siendo imposible determinar los verdaderos propietarios de dichos derechos, visualizando únicamente a la sociedad pantalla”.
Situación Argentina
En el año 2012, la Unidad de Información Financiera (UIF) del país sudamericano, entre otras resoluciones orientadas a sumar nuevas responsabilidades y exigencias a los sujetos obligados, emitió las resoluciones 32-2012 y 93-2012 dirigidas especialmente a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y los clubes de futbol a quienes incluye dentro de esa categoría.
En tales resoluciones, el organismo define las condiciones que deben reunir todas las partes involucradas en las transacciones monetarias relacionadas al desarrollo de la actividad futbolística en las que se incluyen:
Representantes de jugadores: “sólo podrán percibir pagos del cliente que los contrate: el futbolista”. Tomando en cuenta la posibilidad de que, ante una situación económica adversa, el club pueda llegar a aceptar aportes de fuentes dudosas o de inversionistas privados a los que no se investiga de manera adecuada para evitar el lavado de dinero.
Cliente: se considera a toda aquella persona física o jurídica con la que la entidad deportiva (sujeto obligado) realiza actividad comercial a la cual deberá someter a una exhaustiva debida diligencia para evitar involucrarse en un delito como el lavado de dinero. “La definición del perfil del cliente estará basada en la información y documentación relativa a la situación económica, patrimonial, financiera y tributaria que hubiera proporcionado el cliente y en la que hubiera podido obtener el propio sujeto obligado, que justifique el origen de los fondos involucrados en las operaciones que realiza”.
En base a tales consideraciones es responsabilidad absoluta del sujeto obligado la de reportar ante la UIF cualquier actividad que, producto de su política de cumplimiento y debida diligencia, resulte sospechosa de lavado relacionada al crimen organizado.
Aun con la profundización de las medidas tendientes a frenar el lavado de dinero en el fútbol argentino y contando con las herramientas jurídicas necesarias para prevenir y sancionar tal delito, el crimen organizado pareciera no encontrar límites a la hora de introducir su dinero sucio en el circuito económico del popular deporte.
Pudiera suceder que la proliferación del narcotráfico en el país sudamericano y el poder económico que detenta el sector futbolístico resultan en una combinación perfecta para el lavado de dinero, ya que las organizaciones criminales no sólo son atraídas por la posibilidad de “colocar” el dinero sucio en el gran mercado que el fútbol ofrece sino también por el círculo de poder e influencias que se mueve alrededor, que de alguna manera pudiera resultar en protección e impunidad para sus actividades delictivas. Tan es así que no es difícil que se presente el hecho de que cada vez que una banda criminal es desbaratada en el país, en base a los elementos recogidos por la investigación aparecen vínculos directos con el mundo del fútbol.
Casos recientes
En los últimos días se investiga en Argentina la vinculación de una importante banda de narcotraficantes denominada “La Banda de los Monos” con los pases de importantes futbolistas.
La Banda de los Monos, también conocida en el país como “La Familia Cantero” es un grupo delictivo que comenzó a funcionar en los años 90 en el país sudamericano dedicada al narcotráfico y el lavado de dinero. A la banda se le atribuyen más de un centenar de muertes por ajustes de cuentas, denotando tal grado de peligrosidad que incluso se la señala como presunta responsable de un atentado a balazos contra la casa del gobernador de la provincia de Santa Fe, cuya capital es la ciudad de Rosario, centro de actividad de la organización.
En lo relacionado a los negocios de la banda con el mundo del fútbol, hasta el momento la investigación se centra en la propiedad del pase del jugador Ángel Correa del Club San Lorenzo de Almagro. Los investigadores descubrieron que detrás del pase del futbolista se movía un hombre con antecedentes penales por falsificación de moneda y actividad en colocación de futbolistas. Se trata de Francisco Lapiana, quien había sido detenido en 2010 por hacer circular moneda falsa. El mismo Lapiana al ser indagado en el juzgado aparentemente habría asegurado ser dueño del pase, algo que la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) niega rotundamente. Sin embargo, escuchas telefónicas realizadas revelan reiterados contactos entre Lapiana y Ramón Monchi Machuca, líder prófugo de la organización criminal, donde se alude al jugador en cuestión.
Por tal motivo y hasta tanto se esclarezca la situación, el juez que lleva la causa, Juan Carlos Vienna, trabó embargo al club San Lorenzo de Almagro sobre todo dinero que provenga del uso de los derechos federativos del futbolista.
En otro caso muy sonado en el país sudamericano se investiga la presunta vinculación entre una banda de narcotraficantes colombianos radicados en el país con los pases de jugadores del fútbol argentino. La sospecha se desprende del hecho de que la banda era propietaria de un lavadero de autos que funcionaba en un barrio exclusivo en las afueras de la capital del país, lugar de reunión de importantes jugadores de equipos de primera división ya que uno de los cabecillas de la organización delictiva es socio de una empresa denominada Football Group Internacional SA, que se dedica a la representación y transferencias de jugadores destacados del fútbol local.
De comprobarse la filtración del dinero sucio procedente de actividades criminales en el fútbol argentino, según lo que apuntan las investigaciones preliminares, cabría suponer que no se está llevando adelante una seria política de cumplimiento por parte de las instituciones deportivas y la asociación que las nuclea, principales responsables, como sujetos obligados designados por la Unidad de Información Financiera, de prevenir que las organizaciones criminales encuentren en el fútbol un canal para blanquear el dinero producto de sus actividades delictivas.




