Por Juan Alejandro Baptista.

La mayoría de las organizaciones sin fines de lucro son canales legítimos para asistir a la gente necesitada, a grupos minoritarios, animales o a países pobres. Sin embargo, los criminales han aprovechado el manto de la generosidad para cometer fraude, lavar dinero y/o financiar el terrorismo, lo que ha motivado que las ONGs sean consideradas “entidades de alto riesgo”.

Para poder cumplir con su misión filantrópica o humanitaria, la mayoría de las entidades sin fines de lucro aplican diversos procesos de recaudación de fondos, que pueden generar un enorme flujo de microtransacciones procedentes de múltiples jurisdicciones y a través de diversos canales. Esto puede representar un desafío para las áreas de cumplimiento de las entidades financieras que les prestan servicios y para las autoridades supervisoras.

Las fuentes de ingresos de estas entidades -también conocidas como organización no gubernamental (ONG) y entidad caritativa- suelen incluir la contribución del público (donaciones privadas, aportes religiosos, etc.), los aportes de gobiernos o entidades públicas, actividades comerciales y, en algunos casos, el cobro de algunos honorarios por servicios que brindan como parte de programas de caridad. También pueden recibir ingresos generados por fondos de inversiones o fideicomisos.

Los ejemplos más conocidos para solicitar fondos son: venta de entrada o patrocinios a eventos (ferias, fiestas, maratones, etc.); jornadas de recaudación en persona, por teléfono o correo postal; campañas por internet (correo electrónico o websites); campañas publicitarias en medios de comunicación social (revistas, televisión, etc.), etc.

Señales de Alerta

Es crucial para las instituciones financieras someter a las cuentas de las organizaciones de caridad a un monitoreo exhaustivo para reconocer los “indicadores” o las “señales de alerta” que requieran una mayor revisión. Algunos de esos indicadores son:Emblema de Organización no Gubernamental

  • Ocultamiento corporativo: transferencias entre cuentas bancarias de las organizaciones de caridad y los directores o el personal de la entidad sin ninguna razón aparente.
  • Transferencias cablegráficas desde la entidad a beneficiarios ubicados en países conocidos como paraísos fiscales y/o países de alto riesgo de lavado de dinero.
  • Relación comercial con proveedores o aliados (otras ONGs) que estén incluidas en listas de sanciones o listas negras internacionales.
  • Recepción de fondos de personas sancionadas o incluidas en listas negras nacionales o internacionales.
  • Movimiento de dinero o relación de algún tipo con jurisdicciones consideradas aliadas de grupos terroristas o de estados que patrocinan el terrorismo y la proliferación de armas de destrucción masiva.
  • Falta aparente de actividad de recaudación de fondos minorista (p.e., carencia cheques por montos pequeños o donaciones típicas en otras ONG).
  • Transacciones sin propósito económico lógico: sin relación entre la actividad de la organización caritativa y las otras partes involucradas en la transacción.
  • Recepción de donaciones de entidades offshore proveniente de países de alto riesgo de lavado de dinero, de financiamiento del terrorismo o de corrupción.

Recomendaciones

El desafío de las áreas de cumplimiento consiste en detectar: a) que la entidad es genuina; b) que las donaciones que recibe son legítimas; c) que la entidad no está siendo abusada por grupos criminales; d) que la entidad cuenta con procesos de control.

En tal sentido, se ofrecen las siguientes recomendaciones para las áreas de cumplimiento de las entidades financieras (algunas recomendaciones pueden aplicar para entidades no financieras relacionadas a ONGs):

  • Es necesario confirmar y verificar la legalidad de la ONG. En muchas jurisdicciones existen bases de datos o listados de ONGs registradas que pueden ser consultados libremente, como es el caso de la Comisión Caritativa dl Reino Unido (https://www.gov.uk/government/organisations/charity-commission) o de la entidad GuideStar en Estados Unidos (https://www.guidestar.org/NonprofitDirectory.aspx)
  • Hacer la diligencia debida. Hay que tomarse el tiempo para conocer a la organización caritativa antes de abrirle una cuenta bancaria o prestarle algún servicio financiero. Es fundamental conversar con el representante legal, leer y comprender todos los documentos de la fundación antes de tomar una decisión.
  • Identificación de los titulares reales, socios o miembros de la entidad. Es recomendable no solo tener el nombre del representante legal, si no identificar adecuadamente a las personas que controlan la entidad, sin importan si están en una jurisdicción diferente.
  • Es imperativo determinar si una persona expuesta políticamente (PEP), un individuo relacionado a un PEP o una persona de alto riesgo (alguien con antecedentes por delitos financieros, una persona sancionada, un terrorista, etc.) es dueño parcial o total o controla la organización de caridad, para lo cual se debe contar con servicios que ofrezcan bases de datos actualizadas y completas como la de RiskyID (www.RiskyID.com).
  • Hacer una búsqueda profunda en internet para saber si en otros países la organización está relacionada a fraudes, estafas o a grupos considerados terroristas.
  • Se debe realizar preguntas directas sobre el uso de los fondos recaudados, por ejemplo, preguntar dónde y cómo serán utilizadas las contribuciones, cuántos empleados y quienes son las personas asalariadas de la entidad.
  • Es recomendable exigirle a la entidad el manual de cumplimiento o el detalle de los procesos de control establecidos para evitar ser usada por grupos criminales para lavar dinero, cometer fraudes o financiar el terrorismo, entre otras actividades ilícitas. Se debe tener la información de la(s) persona(s) responsable(s) de implementar los controles.
  • No confiarse de nombres convincentes, logos, certificaciones o avales internacionales. Una organización caritativa falsa o deshonesta a menudo tendrá un nombre que impresione, o uno que parezca el nombre de una organización caritativa de reputación o legítima. Las afiliaciones internacionales deben verificarse directamente con la entidad original.

Un elemento clave: la visita

Como parte del proceso de debida diligencia se recomienda hacer una visita a las instalaciones de la organización de caridad y preparar un informe sobre la visita, el cual debe incluir detalles como:

  • El tipo legal de la organización.
  • Autorización o registro para ejercer la actividad.
  • Detalles sobre los dueños/directores y sus facultades.
  • La fuente del capital (si correspondiera).
  • La cantidad de empleados.
  • Los años de operaciones.
  • Antigüedad en la localidad actual.
  • Naturaleza de la actividad.
  • Cualquier otra información clave.
  • Fotos y/o videos de las instalaciones.
  • Datos y firma de la persona que proporcionó la información durante la visita.
  • Registro y evaluación de los procesos de control asociados al cumplimiento y la prevención de los delitos financieros.