Juan Alejandro Baptista.
Antes de la pandemia la mayor preocupación asociada a cumplimiento que tenían las Juntas de Directores empresariales era “lograr balancear los presupuestos y los crecientes costos del cumplimiento”, pero la nueva realidad operativa ha hecho que los líderes corporativos consideren que el principal desafío que enfrentan es “mantener una Cultura de Cumplimiento ”,[i] según indica el reporte El Costo del Cumplimiento 2020 emitido Thomson Reuters. Esa tarea no es fácil, especialmente cuando en muchas entidades gran parte del personal se mantiene trabajando de forma remota.
“La Cultura de Cumplimiento es la cultura organizacional que promueve una conducta ética y el cumplimiento de las leyes”.[ii] Ahora… ¿qué valor tiene la Cultura de Cumplimiento?, ¿cuántos recursos se necesitan para instaurar una adecuada Cultura de Cumplimiento?
Establecer el “valor” de la Cultura de Cumplimiento es un desafío muy complicado, porque está conformada por valores y principios arraigados en la organización. Estos elementos intangibles son difíciles de medir, haciendo muy complicado calcular su “valor”. En relación al establecimiento del “costo”, la tarea no es fácil, pero pudiera hacerse una estimación de cuánto se invierte en los recursos necesarios (económicos, humanos, tecnológicos, etc.) para planificar, establecer, transmitir y reforzar mensajes y/o actividades asociadas a los principios corporativos que son la base de la Cultura de Cumplimiento .
El valor de la Cultura de Cumplimiento también pudiera calcularse en base al impacto monetario de los riesgos que ayuda a mitigar. Por ejemplo, si vemos a la Cultura de Cumplimiento como un recurso mitigador de riesgos legales, pidiéramos estimar su valor en base a las multas que su pueden evitar si en la entidad existe una Cultura de Cumplimiento establecida de manera efectiva. Un caso relevante que muestra la importancia de la Cultura de Cumplimiento fue el de la sanción aplicada en 2019 por las autoridades de Estados Unidos al Standard Chartered Bank por haber procesado 9.335 operaciones violatorias de los programas de sanciones impuestos a Birmania, Cuba, Irán, Sudán, and Siria. La entidad tuvo que pagar unas multas combinadas que superaron los USD 1.100 millones y en el acuerdo firmado con las autoridades se especificó claramente que el banco debía asegurar que contaba con “un equipo gerencial que estuviese comprometido con la Cultura de Cumplimiento”.
“La Cultura de Cumplimiento suena grandioso, pero ¿tiene sentido con el crecimiento del negocio?”, se preguntaba el consultor estadounidense Richard Bistrong a mediados de febrero de 2016, cuando era consultado por The Wall Street Journal. El experto en ética y anticorrupción también afirmaba que “el liderazgo (de la empresa) no puede esperar cambiar el tono (hacia una mayor Cultura de Cumplimiento) sin estimar cómo eso podría afectar los pronósticos financieros, el desarrollo comercial y la planificación de recursos”.
Estimaciones de la firma Research and Markets indican que en 2017 los sujetos obligados a nivel global invirtieron más de US$ 8.000 millones en gastos de cumplimiento y programas antilavado. Las áreas de mayor inversión fueron los sistemas de monitoreo de transacciones, auditorías independientes, actualización y mantenimiento de sistemas para la política Conozca Su Cliente, así como la implementación de FATCA, entre otros aspectos. Sin embargo, es muy complicado determinar cuánto de ese dinero se invirtió en transmitir, educar y establecer valores corporativos asociados al cumplimiento.
Una de las polémicas sostenidas en las entidades reguladas desde hace más de 4 décadas es si la inversión en cumplimiento es un “costo” o una “inversión”. La misma discusión se puede plantear en torno a la “Cultura de Cumplimiento”. Más allá de lo que algunos consideren, la realidad es que los organismos reguladores están siendo cada vez más claros sobre sus exigencias en este sentido. El Grupo de Acción Financiera ha indicado que “Los gobiernos y los entes supervisores del sector financiero en todo el mundo han enfatizado cada vez más la importancia de tener una cultura sólida de cumplimiento ALD / CFT en el sector financiero”[iii] y, especialmente, han ejercido presión contra los directores y líderes empresariales, por ser ellos los responsables finales de establecer no solo un cumplimiento efectivo, sino una adecuada cultura de cumplimento en toda la organización.
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[i] Cost of Compliance 2020: COVID-19 update / Thomson Reuters.
[ii] Organizational Culture and Leadership: A Dynamic View. E Schein.
[iii] Anti-Money-Laundering (AML) & Countering Financing of Terrorism (CFT) Risk Management in Emerging Market Banks / FATF.