Por el Departamento Editorial.
La vieja metodología de estafa iniciada a principios del siglo pasado por Carlos Ponzi ha mutado de muchas maneras al pasar del tiempo, sin embargo su esencia se mantiene: ofrecer un mecanismo de inversión que garantice alta rentabilidad en poco tiempo, pagando a los inversionistas más viejos con el dinero que aportan los que recién se incorporan al esquema.
Debido al nivel de ganancias que se ofrece en un esquema Ponzi, cada vez más personas ingresan. Una vez que el flujo de inversionistas es alto y el sistema acumula un monto significativo de dinero, los organizadores consuman la estafa adueñándose de los fondos de los inversionistas y desapareciendo.
Una tipología muy particular dentro de la categoría Ponzi es la que se realiza mediante el uso de empresas fachada creadas para participar en el sector primario de la economía. Veamos algunas características asociadas a este tipo de estafa:
- Primero se constituye una empresa fachada en la jurisdicción donde se realizará la estafa, con la supuesta finalidad de importar cierta materia prima e insumos, elaborar un producto y exportar el resultado a otros países.
- Luego comienza el período de captación de víctimas, a los cuales pueden llamar «inversionistas», «miembros» o «socios». Los estafadores consiguen inversionistas ofreciéndoles ganancias extraordinarias, que pueden superar el 1.000% anual de rentabilidad sobre su inversión.
- Algunas veces se requiere de la participación del inversionista en el proceso de producción del producto. Otras veces, el estafador crea una infraestructura propia de producción.
- Los estafadores exigen una cantidad de dinero en forma de «inversión inicial» para que las personas puedan participar en el sistema. Cuando se requiere de la intervención del inversionista en el proceso de producción, los estafadores le dicen que el dinero inicial es un «depósito» por la materia prima y los insumos que se le entregan al entrar al sistema. El dinero del depósito se supone que será retornado en su totalidad cuando finalice el ciclo de producción.
Al principio, todos los inversionistas iniciales recibirán el pago periódico (semanal, mensual o trimestral) de una cantidad de dinero que representa la ganancia ofrecida por participar en el proyecto. En algunos casos, la ganancia se entrega a los inversionistas en forma de productos, cupones válidos en tiendas específicas, tarjetas prepagadas y, más recientemente, hasta en criptomonedas.
Ejemplo asociado a un producto agrícola:
La Empresa X del País A es una firma que tiene por objeto dedicarse a brindar servicios de transformación y elaboración de productos orgánicos. La empresa contacta a cientos de personas para darles la oportunidad de convertirse en “inversionistas”, invitándolos a participar en la elaboración masiva de un producto que, una vez realizado, será exportado al País B.
El proyecto de inversión se realiza en ciclos de, al menos, 12 semanas. Cada ciclo se inicia cuando la Empresa X entrega a cada “inversionista” 200 gramos de semilla y abono orgánico, pero previamente cada “inversionista” debe depositar USD 200 en una cuenta bancaria a nombre de la Empresa X; dicha cantidad es considerada una garantía por los materiales que se le van a entregar.
Cada “inversionista” tiene la obligación de llevar a cabo un proceso muy simple: agregar el abono a la semilla para estimular su crecimiento, en las condiciones especificadas y siguiendo las instrucciones entregadas conjuntamente con los insumos iniciales. El proceso entero requiere de 12 semanas para que la germinación de la semilla llegue al nivel necesario y pueda ser exportada por la Empresa X.
Una persona puede participar múltiples veces en un mismo ciclo y puede invertir en varios ciclos al mismo tiempo. Al finalizar la semanas 7, 8, 9, 10 y 11 de cada ciclo los “inversionistas” están supuestos a recibir USD 30 de utilidad (15%). Al término de la semana 12, el “inversionista” debe entregar el producto para que la Empresa X le emita un cheque por la cantidad invertida inicialmente (USD 200). En base a este esquema, en 12 semanas el “inversionista” habría obtenido una rentabilidad de 180% de su inversión, lo que representa un 795% anual.
Dado que la rentabilidad ofrecida por los estafadores es superior a la garantizada por cualquier instrumento de inversión tradicional, es común que las personas confiadas participen múltiples veces en el esquema, depositando fuertes cantidades de dinero.
La Empresa X importa las semillas y el abono orgánico, por lo cual ordena transferencias internacionales para pagar a la Empresa Z, que está ubicada en el País B y que es otra entidad fachada controlada también por los estafadores o por otros cómplices del esquema.
La Empresa X cumple con el pago de las ganancias prometidas a los primeros “inversionistas” haciendo uso del dinero depositado por otras personas que se van incorporando al esquema. Finalmente el ciclo se rompe cuando la Empresa X ya no puede cumplir con los pagos periódicos, ni con la devolución de la inversión, debido a que ya se ha consumado la estafa. En este punto los representantes de la Empresa X ya no son ubicables.
Metodología de la “sobrefacturación”
Este esquema puede contemplar una variante que incluye otra actividad delictiva: la “sobrefacturación” asociada a las exportaciones. Veamos cómo funciona: al cumplirse el primer ciclo de 12 semanas, la Empresa X realiza una exportación de las semillas ya germinadas que han sido entregadas por los inversionistas. La exportación se realiza al País C, donde está ubicada la Empresa F, que es uno de los supuestos compradores. Sin embargo, la cantidad de semillas germinadas declarada en la exportación es muy superior a lo realmente producido por los inversionistas.
Esta sobrefacturación busca justificar una transferencia de dinero en forma de pago de la Empresa F (supuesta compradora) a la Empresa X. Este movimiento de dinero se debe a que en el País C los estafadores también están ejecutando un esquema de fraude Ponzi similar al del País A, es decir, la ejecución simultánea del mismo fraude en dos jurisdicciones distintas facilita la justificación de los pagos internacionales por importaciones/exportaciones falsas entre empresas cómplices. Con este movimiento de dinero, se busca consolidar los fondos en el País A para luego iniciar un proceso de transacciones complejas, que permitan borrar el rastro del dinero.
Señales de alerta
- Empresa que ofrece altísima rentabilidad por la inversión en un corto periodo de tiempo.
- Empresa que recibe depósitos de diferentes personas por la misma cantidad de dinero.
- Importación de insumos que no se corresponde con la cantidad estimada de producción o de ventas.
- Exportaciones con destinos poco conocidos o que no tienen relación aparente con el negocio o no es una plaza que demande normalmente el producto comercializado.
- Grandes cantidades de dinero que son retiradas por los accionistas mayoritarios.
- Transferencias de dinero en las cuales no se indica el motivo de la operación o no tiene relación con el negocio.